Un gen considerado desde hace décadas como promotor de tumores, el PLK1, puede ejercer también la función contraria: frenar el desarrollo del cáncer, según el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y el Centro Alemán de Investigación del Cáncer. "El papel de PLK1 como diana de potenciales fármacos debe ahora ser revisado puesto que, en función del tipo de tumor, podría interesar inhibirlo o no", indican.