Una discreta figura del siglo XII cuya identidad concreta es una incógnita le ha robado protagonismo al Apóstol Santiago a lo largo de esta semana, aunque haya sido por una desafortunada "actuación vandálica" y "delictiva", y "todos los calificativos que se le quieran poner", como dice el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, o, como prefiere decir el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, un "atentado cultural".

El láser, un apreciado aliado de las clínicas de cirugía estética, ha sido clave también en darle un final feliz a la pintada que en la madrugada del lunes mancilló, con alusiones a la banda de rock Kiss, la única fachada románica que conserva la seo de Santiago, en concreto una figura de una de las columnas de mármol, considerada un apóstol.

Aunque la limpieza se ha llevado a cabo en un "tiempo récord", como destacó Rodríguez, gracias a que el templo tenía a mano los equipos de láser y disolventes utilizados en la restauración del Pórtico de la Gloria, la actuación conllevó un desembolso de "entre 10.000 y 12.000 euros", como explicaba ayer el deán, Segundo Leonardo Pérez, en la presentación al público de la pieza, ya retirada por fin la valla que permitió desarrollar en dos fases los trabajos que dirigió Noelia Márquez junto a dos conservadores de la basílica.

Lorenzo explicó que primero se realizó un análisis del daño, luego se hizo un diagnóstico, se planteó qué tratamientos utilizar y se probaron antes. Así, explicó, primero se hicieron estudios de la actuación del láser y los disolventes porque la basílica guarda mármoles de las mismas características. Solo entonces se aplicaron a la figura dañada. Se ha trabajado, resaltó Lorenzo, "de acuerdo a los estándares más exigentes y el resultado es magnífico", enfatizó. "Prácticamente no se nota" el daño realizado, apuntó el conselleiro, mientras que Lorenzo enfatiza que el resultado se puede considerar "óptimo" y asegura que "no es necesario realizar ninguna otra intervención".

La agresión ha traído otras novedades. Porque ahora, al lado de la columna, hay un cartel en el que pone "no tocar". Como explicó Lorenzo, no solo la pieza en la que se ha intervenido, cuyo estado es "delicado", sino también la fachada, "porque tiene 900 años y las piedras tienen alteraciones". A su juicio, lo ocurrido debe servir para crear "conciencia cívica".

Sobre la posibilidad de poner más cámaras, el conselleiro afirmó que si bien "lo que sea contribuir a preservar" los monumentos es "positivo", ese trabajo es "responsabilidad" del Concello. En lo que respecta a la investigación, indicó que hay varias líneas abiertas, si bien señaló que "se sabe ya" que las cámaras existentes "no son suficientes" para detectar al infractor aunque se siguen analizando imágenes.