Darío Villanueva (Vilalba, 1950) es el actual director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). Sus obras y ensayos sobre el español y Galicia han sido traducidos a diversos idiomas y son estudiados en las más prestigiosas universidades del mundo.

-Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación, para la que llaman a una eminencia médica. Pero esta al llegar dice: "No puedo operarlo, es mi hijo". ¿Cómo explica esto?

-En ese caso, habiendo muerto el padre, es la madre. "Eminencia médica" es una metáfora en femenino que sirve igual para un médico como para una médica.

-Y, sin embargo, solo el 14% de los universitarios responden correctamente al acertijo. ¿No será que el problema al que alude el feminismo va más allá del lenguaje?

-El problema está en confundir la gramática con el machismo. El español utiliza un lenguaje inclusivo mediante el masculino genérico. Al igual que ocurre en las lenguas romances, en el español el género masculino es término no marcado. No veo el motivo de tanto revuelo.

-Lo hay cuando la vicepresidenta del Gobierno quiere adecuar el lenguaje de la Constitución.

-Efectivamente ha llegado un escrito del Gobierno a la RAE y nosotros lo que vamos a hacer va a ser contestar haciendo un informe en el que no habrá ninguna sorpresa. Simplemente reiteraremos la doctrina gramatical del español.

-¿Le molesta que se ponga en cuestión a la RAE?

-Yo lo único que lamento es que, precisamente, en el año en que tenemos que estar conmemorando los cuarenta años de la Constitución, se le eche una especie de borrón diciendo que está escrita en masculino. La Constitución está escrita en español.

-Escuchándolo, parece que no hubiera alternativa.

-He visto que, últimamente, hay el dicho de que un problema complejo tiene cien soluciones fáciles, pero todas son falsas. Pues esto también ocurre con la lengua. Por ejemplo, una solución fácil a la oposición masculino con "o" y femenino con "a", es lo que eligen algunos en utilizar la "e", y decir " les coses" en vez de "las cosas", y " les burres" en vez de "los burros y las burras". Eso es una ocurrencia estrambótica. Quien cree que por que se decrete tal cosa quinientos sesenta millones de hispanohablantes van a empezar a utilizar la "e" en vez de la "o" y la "a", está equivocado.

-¿Y utilizar "la ciudadanía" en vez de "los ciudadanos"?

-Eso es otra cosa. A mí me gusta mucho hablar de "la ciudadanía". La "ciudadanía" en un sustantivo femenino que incluye a los ciudadanos y a las ciudadanas. Yo ahí no veo ningún problema, donde veo un problema es en estar diciendo continuadamente "los ciudadanos y las ciudadanas".

-¿Por qué?

-No se pueden hacer estos juegos porque llegaría un momento en que sería imposible hablar. Algunos también creen que con la arroba o la "x" se resuelven el problema, pero, eso, ¿cómo se pronuncia? Premio a quien me diga cómo se pronuncia la arroba en castellano. Lo que no se puede hacer es dejar la lengua hecha unos zorros.

-Si no es el gobierno quien influye sobre la lengua, ¿a qué factor responden los cambios lingüísticos?

-Los cambios lingüísticos se producen por una adhesión voluntaria y mayoritaria de los hablantes hacia cualquiera de esos cambios, y luego tiene que pasar mucho tiempo para que esto se consolide. Esto no funciona por decreto personal? Eso, por ejemplo, lo intentó Mussolini en Italia.

-Sin embargo, por decreto acabaron aceptando los topónimos en gallego, catalán y vasco.

-Hay un hecho cierto; España es un estado plurilingüe, y en consecuencia las leyes atienden a la realidad plurilingüística de cada uno de los territorios. Ahora bien, eso no quita que los académicos nos ocupemos de la lengua en general del Estado que es el español, pero que, además, es una lengua compartida por quinientos millones de personas. A nosotros nos cuesta mucho ver al español exclusivamente como un asunto de la Península Ibérica, Baleares y Canarias. Nosotros estamos en otra dimensión.

-¿Qué opinión le merecen actuaciones como la del Govern que disparó en un 173% las multas a comercios por no usar el catalán?

-La Constitución del 78 es la más generosa y la más comprensiva con la realidad lingüística que ha habido en España. Todo lo que no sea el mantenimiento de este espíritu constitucional de convivencia entre las lenguas a mí me parece mal. El asunto de las lenguas puede dar lugar a mucha conflictividad y eso para mí, como filólogo, es un error. La filología es el amor a todas las lenguas. Las lenguas son elementos de comunicación y comprensión, nunca deben ser de confrontación.

-Los dardos contra el español también vienen del otro lado del Atlántico.

-Ciertamente, la política de Trump es contraria, pero eso está produciendo un efecto rebote.

-Es optimista.

-Casi el 18% de la población de los Estados Unidos es hispana. En las últimas elecciones, el 11% del voto nacional fue hispano, mientras que en 2004 había sido solo un 4%. Canales de televisión como Univisión, Estrella TV o Telemundo ya compiten en audiencia con las grandes cadenas del país, y se publican periódicos en español en California, Florida, Texas o Nueva York.

-¿Y de quién es el mérito?

-Desde luego, no de las Academias, sino de los millones de hispanohablantes que hacen del idioma una herramienta de sus trabajos y sus días.

-García Márquez dijo sobre España que, de tanto acercarse a Europa, perdería el contacto con Latinoamérica.

-Yo estoy viajando continuamente a Latinoamérica, y allí España sigue teniendo una presencia en lo que a mí me toca intensísima.

-¿Cómo ve la situación política de Nicaragua y Venezuela?

-Comparto totalmente las declaraciones que en su día hizo Sergio Ramírez [Premio Cervantes 2018]. Es una situación verdaderamente grave y muy triste, y en Venezuela tres cuartos de los mismo.

-En cuanto a Filipinas, ¿ha perdido el español la batalla?

-El español se ha perdido allí prácticamente. Sin embargo, al ser uno de los centros mundiales del call centre, Filipinas está conociendo un interés incipiente por el idioma. Muchos jóvenes que habían perdido el español en su ámbito familiar quieren recuperarlo como lengua profesional.

-Trabajan para una nueva edición del Diccionario, ¿cómo será?

-Lo que es seguro es que ya no va a haber una edición única de la que se hace una tirada muy grande en papel. Será una edición totalmente digital y luego, sobre esta base, vamos a hacer ediciones impresas en función del país.