La lactancia es una opción personal, pero sobre la que todo el mundo parece tener derecho a opinar. Quienes opten por dar biberón a su bebé verán cómo mucha gente les acusa de ser malas madres -misma sensación que vivirán aquellas mujeres que por cualquier problema no puedan finalmente dar el pecho-, pero incluso las que apuestan por la lactancia materna no están libres de presiones. Familiares, amigos o simplemente conocidos ofrecen todo tipo de consejos, muchas veces contradictorios y basados en falsos mitos, que solo crean más dudas de las ya existentes en las madres primerizas y hacen, según los expertos, que muchas abandonen la lactancia antes de lo previsto. "Hay que respetar la decisión de la madre, a nivel social parece que se promueve la leche materna para el recién nacido pero no que se prolongue en el tiempo", señala Eva González, presidenta de Alma, una asociación coruñesa de apoyo a la lactancia. Pero la falta de apoyo llega incluso desde el ámbito sanitario, donde no hay unanimidad en los mensajes transmitidos. "Venimos de años en donde imperaba la cultura del biberón. Muchos sanitarios solo tuvieron una hora de formación en lactancia en la carrera, pero ahora las cosas están cambiando", reconoce Alba Sánchez, de la Asociación Galega de Enfermaría Pediátrica.

La Organización Mundial de la Salud recomienda alimentar exclusivamente con leche materna a los niños hasta los 6 meses y combinarla con otros alimentos hasta por lo menos dos años. Lo hace por las evidencias científicas de que beneficia tanto al niño -sus anticuerpos le protegen de diferentes enfermedades- como a la madre (ayuda a prevenir el cáncer de mama y ovarios o la diabetes). Pero la teoría choca de bruces con la realidad. Si a las seis semanas de vida, el 73,8% de bebés en España tomaba leche materna en exclusiva en 2017 -según los datos de la Encuesta Nacional de Salud-, la tasa bajaba al 63,8% entre los niños de 3 meses y al 39% al llegar al medio año.

Para los expertos varios factores influyen en esta caída progresiva. Por una parte la falta de apoyo que reciben las madres en la primera semana de vida del bebé, clave para que se afiance la lactancia. Las primeras 48 horas desde el parto son fundamentales porque es cuando el cuerpo comienza a generar leche aunque eso sí, siempre que el pecho se estimule mediante la succión del pequeño. "Lo ideal es poner el bebé en el pecho ya en su primera hora de vida para que lo estimule y haya una buena producción", explica la presidenta de la Asociación Gallega de Matronas, Isabel Abel. Pero esta premisa no siempre se cumple. Si el bebé nace con alguna complicación o es un parto por cesárea, "suele separarse al niño de la madre", advierte Eva González, quien también alerta de otras interferencias que se comenten muchas veces por desconocimiento pero que pueden poner trabas al inicio de la lactancia. "Lo mejor es no hacer nada. En esa fase el niño se guía por el olfato, si se le echa colonia, por ejemplo, puede interferir y lo mismo si se le pone el chupete, succionará en él y no en el pecho", indica. Las matronas, además, denuncian la rapidez en dar el alta hospitalaria a las madres con un parto convencional. "En 48 horas se van para casa y aunque pueden acudir a su centro de salud, no siempre tienen el apoyo que precisan en esa primera semana", indica la matrona Isabel Abel.

Eso hace que cosas normales durante la lactancia creen dudas en las madres. Los expertos resaltan que es normal que, en los primeros meses, el niño demande muchas tomas (no quiere decir que no coma suficiente), que se despierte de noche (lo hará también aunque tome biberón) o que al llegar a los 3 meses, la madre experimente cambios en los pechos y el niño tarde menos en cada toma. "Hay que recuperar la cultura de la lactancia porque todos sabemos porque lo vemos en televisión o en series cómo se da un biberón pero no pasa lo mismo con la lactancia", explica la enfermera Alba Sánchez.

Pero los especialistas también achacan la caída progresiva de la lactancia según el niño crece a los problemas para combinar esta labor con el trabajo y a las presiones sociales, especialmente en niños mayores. "La primera traba la pone el tener que regresar a trabajar a los 4 meses, esto implica un sobreesfuerzo para la madre y no siempre se puede sacar leche en el trabajo", indica el colectivo de matronas. Desde las asociaciones de apoyo a la lactancia reconocen que las madres que acuden a ellas denuncian múltiples presiones en su entorno para que dejen de dar el pecho a raíz de que el niño llega a una determinada edad. "Reciben todo tipo de advertencias. Desde que así el niño no podrá hacer vida normal, ir a un viaje o a casa de los abuelos hasta que eso crea una alta dependencia de la madre", indican en Alma, donde recuerdan que el destete -para lo que también asesoran en sus charlas- es una decisión "de la madre que hay que respetar, nadie puede decirte cuándo hacerlo".

Desde Alma denuncian que incluso, a veces, la opción del destete llega desde el ámbito sanitario cuando la madre por cualquier problema de salud tiene que tomar un medicamento que, a priori, es incompatible con la lactancia. "No es la primera vez que vas por un esguince y lo primero que te pregunta el médico es qué edad tiene el niño y una de las opciones siempre es que dejes la lactancia", indica Eva González. Desde las matronas recuerdan que hay una serie de webs que permiten introducir el nombre de un medicamento o incluso plantas para saber si son compatibles o que otros fármacos hay.

Otras veces la lactancia no se mantiene o incluso ni se contempla como opción al creer que no es posible. Es el caso de los niños prematuros, donde muchos padres aún piensan que no pueden alimentarse de leche materna. "Si la leche materna es beneficiosa para cualquier bebé en estos casos les protege y actúa casi como un medicamento", explica la enfermera Alba Sánchez, quien recuerda eso sí que durante un tiempo el bebé no podrá mamar directamente del pecho de la madre, lo que implica que ella se extraiga con un sacaleches todas las tomas que debe tomar el bebé diariamente. "Es un sacrificio muy grande porque igual están sacando leche cada dos horas para no perderla", indica Sánchez, quien recuerda que quienes no pueden dar de mamar y siempre que su niño cumpla una serie de requisitos puede acceder a la leche de los bancos de donantes que hay en Galicia: en Santiago y Vigo.

Matronas, personal de enfermería y entidades de apoyo a las madres tienen claro los beneficios de la lactancia, pero aseguran que nadie intenta convencer a nadie. Para ellas la clave está en que la madre tenga toda la información y sea la que decida cada paso a seguir. En caso de dudas les aconsejan que acudan a su centro de salud o a asociaciones de apoyo a la lactancia donde se imparten charlas sobre el tema. Todo para que sean ellas, sin presiones de ningún tipo, las que tomen sus propias decisiones.