Después de años -o décadas quizás- de bombardeo de consejos médicos sobre las bondades de consumir frutos secos, algunos más costosos pero más saludables como los pistachos y el todopoderoso alimentario aceite de oliva, se impone la tan consabida moderación: la justa medida como indicador del grado óptimo. Un nuevo estudio científico ha sacudido en la reunión europea de cardiólogos, que se celebra estos días: los niveles altos del conocido como colesterol bueno, y que precisamente se halla en alimentos como los citados, el aguacate o las aceitunas, también perjudican. No tanto como tener alto el colesterol malo, pero lo suficiente como para aconsejar mantener ambos a raya.

"Tener niveles excesivos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL o bueno) pueden asociarse con un mayor riesgo de ataque cardíaco y muerte", asegura la investigación que se presentó en la jornada de ayer en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología.

El autor principal del trabajo no ahorró en sus consideraciones: "Puede ser hora de cambiar la manera en que vemos el colesterol HDL. Tradicionalmente, los médicos le han dicho a sus pacientes que cuanto mayor sea su colesterol bueno, mejor. Sin embargo, los resultados de este estudio y otros sugieren que este ya no es el caso". Así lo sentenció el responsable del estudio, Marc Allard-Ratick, de la Escuela de Medicina de la Universidad Emory, en Atlanta (Estados Unidos).

Los participantes con niveles de colesterol HDL superiores a 60 mg/dl tuvieron casi un 50% más de riesgo de morir por causa cardiovascular o tener un ataque cardíaco en comparación con aquellos con niveles de colesterol HDL de 41-60 mg / dl.

"Nuestros resultados son importantes porque contribuyen a un conjunto de pruebas cada vez mayor de que los niveles muy altos de colesterol HDL pueden no ser protectores, y porque a diferencia de muchos otros datos disponibles en este momento, este estudio se realizó principalmente en pacientes con enfermedad cardíaca establecida", señaló Allard-Ratick durante su intervención.

Consultada sobre esta importante novedad, la médica del Área de Cardiología -experta en arritmias- del Hospital Álvaro Cunqueiro Pilar Cabanas Grandío explica sin sorpresa que "hay estudios previos en los que se vio que tener niveles excesivamente elevados mayores a 80-90 mg/dl del HDL (colesterol bueno) aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular fundamentalmente porque puede generar un estado proinflamatorio y disfunción endotelial que contribuye al estrechamiento de las arterias coronarias". Eso sí, la experta advierte que el mecanismo causal aún no está claramente establecido.

Cabansa Grandío se refiere a que el estudio que presentan ahora en la Sociedad Europea observan estos mismos hallazgos "pero en pacientes que ya tienen enfermedad cardiovascular conocida", lo que constituiría la novedad más importante.

Asimismo, la nutricionista gallega Amil López Viéitez cree que "está claro" que un exceso de colesterol HDL también supone un exceso de colesterol total y "esto aumenta el riesgo cardiovascular, pero no tanto como el exceso de LDL (o colesterol malo)". De todos modos, López Viéitez hecha en falta que "en el estudio no se habla de otros factores de riesgo (tabaquismo, estrés, sobrepeso) y como se ha realizado con cardiópatas, seguro que tenían algún factor que podría interferir en el riesgo de infarto".

Otra de las cuestiones relativas al riesgo cardiovascular y también conocidas es que no depende tanto de la cifra de colesterol total como del colesterol oxidado, pues aumenta el riesgo de desprendimiento de la pared de los vasos sanguíneos, pudiendo provocar un trombo. "Lo prudente sería no pasar de 200 de colesterol total y de 41-60 mg / dl de colesterol HDL como prevención y tomar antioxidantes para evitar la oxidación de la placa de ateroma", aconseja.

La investigación, realizada como parte del Emory Cardiovascular Biobank, es el resultado de investigar la relación entre los niveles de colesterol HDL (bueno) y el riesgo de ataque cardíaco y muerte en 5.965 personas, la mayoría de las cuales tenían enfermedad cardíaca. La edad promedio de los participantes fue de 63 años y el 35% eran mujeres.

Los participantes se dividieron en cinco grupos según su nivel de colesterol HDL, y durante una mediana de seguimiento de cuatro años, 769 (13%) participantes tuvieron un ataque al corazón o murieron por una causa cardiovascular.

Signos de alerta

Por otra parte, ayer se hizo público un estudio -también en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología- que revela que las personas que tienen muchas arrugas profundas en la frente, "más de lo que es típico para su edad", pueden tener un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. "No se pueden ver o sentir factores de riesgo como el colesterol alto o la hipertensión. Exploramos las arrugas de la frente como un marcador porque es muy simple y visual. Solo mirando la cara de una persona podría sonar una alarma", aseguró la autora del estudio Yolande Esquirol, profesora asociada de salud ocupacional en el Centre Hospitalier Universitaire de Toulouse, en Francia.

Las conocidas patas de gallo no mostraron ninguna relación con el riesgo cardiovascular, pero estas pequeñas arrugas cerca de los ojos son una consecuencia no solo de la edad sino también del movimiento facial. Al igual que se ha detectado un vínculo entre la calvicie de patrón masculino, los pliegues del lóbulo de la oreja, xantelasma (bolsas de colesterol debajo de la piel) y un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, pero no con un mayor riesgo de morir.

En concreto, los participantes fueron seguidos durante 20 años, durante los que 233 murieron por diversas causas. De estos, 15,2% tuvieron puntajes de dos y tres arrugas, 6,6% tenía una puntuación de arrugas y 2,1% no tenía arrugas.

Haz click para ampliar el gráfico