La diócesis de Funchal (en la isla portuguesa de Madeira) acaba de apartar de la acción pastoral a un sacerdote que en el año 2005 fue acusado de abusar sexualmente de un menor. Pese a que el caso de Anastasio Alves fue archivado en su momento y el obispado le permitió trasladarse a Francia y Suiza para ejercer sus funciones en 2008, la Iglesia ha decidido ahora retirarlo de su labor porque "todos los casos que sean conocidos por la Diócesis llevarán a la instauración e instrucción de procesos específicos para llegar a la verdad".