El equipo científico liderado por Hong Chin Ng, de la Universidad de Bristol, recogió sedimentos a lo largo de todo el Atlántico a una profundidad de entre 2.000 y 5.000 metros. Y los análisis posteriores para determinar su contenido en isótopos de torio y proactinio se realizaron en la institución británica.

A partir de la composición de las muestras, los expertos son capaces de determinar las condiciones climáticas y oceanográficas que registraba el planeta hace decenas de miles de años. En el caso de este estudio, cada centímetro de sedimento atesora información sobre un periodo histórico de entre 200 y 500 años, de ahí la dificultad de datar con exactitud cada uno de los fenómenos que acontecían.