El Ministerio de Educación estudia la posible prohibición del uso de los teléfonos móviles en los centros educativos, como ya estableció Francia desde este curso, una medida que apoyan en España varias asociaciones de padres y docentes, aunque otras son partidarias de que sean los centros los que decidan como ocurre ahora.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, explicó en una entrevista con la agencia Efe que han encontrado "opiniones fuertemente encontradas" sobre una cuestión que considera "muy interesante" y a estudiar, especialmente porque "tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología".

En la actualidad, es cada centro el que decide si permite o no el uso de estos dispositivos dentro del recinto y no hay una regulación ni a nivel estatal ni autonómico.

Desde el sindicato STES, su portavoz José Luis López Belmonte subrayó que se trata de un "debate complejo" ya que, por un lado, el móvil dificulta el ambiente de trabajo que se desarrolla en las clases, pero por otro podría ser una herramienta de trabajo, aunque el actual sistema educativo español deja poco margen para ello. No obstante, López Belmonte afirmó que el móvil "entorpece" más que facilita la actividad docente. Y sobre que se trata de una medida para evitar también el acoso escolar, el portavoz de STES recordó que el c iberbullying puede producirse fuera del horario escolar.

Por su parte, el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), Pedro José Caballero, se mostró a favor de la prohibición de móviles en las aulas y se ofreció a trabajar con el Ministerio para estudiar alternativas que permitan aprovechar las nuevas tecnologías en las clases. Caballero destacó que el uso de móviles está detrás de una buena parte de los casos de acoso escolar y se ha referido a distintos estudios que aseguran que el abuso de estos dispositivos está detrás de 15% de los casos de fracaso escolar y del bajo rendimiento de los menores en el colegio. "Queremos que se regule y aseveró.

El presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Antonio Rodríguez-Campra, insistió en que la opinión mayoritaria en los colegios que ellos agrupan es que "los móviles no aportan nada, perjudican bastante e influyen en la distracción de los alumnos". "En los colegios (en muchos concertados y privados) donde no se permite que haya móvil se ha comprobado que los resultados académicos han mejorado", aseguró.

Por su parte, Maribel Loranca, de UGT, se mostró partidaria de que sea cada centro quien regule o establezca el protocolo de uso de los móviles de acuerdo con la comunidad educativa y ha dicho: "en principio, no seríamos partidarios de una ley estatal como la que se ha hecho en Francia". "Creemos que debería ser una competencia de los centros decidir cómo se utilizan los móviles" dentro del proyecto de cada uno y de acuerdo con la comunidad educativa en la que intervienen los profesores, alumnos, padres y el personal de administración y servicios.

Desde el Sindicato de Estudiantes, Ana García cree que no existe en la actualidad "un gran problema" en las aulas por el uso de los móviles, "pero sí hay grandes problemas educativos por la falta de recursos, por los recortes y por las políticas clasistas del PP y que de momento no se han revertido".