"Un nuevo curso siempre es un reto, porque siempre intentas hacerte con los alumnos. No solo que aprendan, sino que sean buenas personas". Desde esa perspectiva enfoca el regreso a las aulas, casi siempre en secundaria en general y en Bachillerato en particular, Javier Gómez Vila, doctor en Arqueología e Historia Antigua y catedrático de Historia en el IES Nosa Señora dos Ollos Grandes de Lugo.

Este docente que viene del mundo de la arqueología tiene ya a sus espaldas 25 años de experiencia, un recorrido que le permite afirmar que "los adolescentes son cada vez más infantiles, más inmaduros, están acostumbrados a que sus padres les hagan las cosas". "No quiere decir que sean peores, sino distintos", recalca, mientras que su experiencia en colegios del rural le hace valorar a los niños de este entorno como "más autónomos".

Unos y otros se enfrentan a un mundo cada vez más competitivo, sobre todo a la hora de acceder a una carrera universitaria. A su juicio, el curso “más difícil” de un instituto es 2º de Bachillerato, porque tal y como está montado el sistema, no basta con sacar un 5; tienes que sacar un 10”. Para ello, los jóvenes se “dejan la piel”. “Segundo es tensionante, hay muchísima materia y poco tiempo y todo el mundo quiere lo máximo, los padres están encima y los alumnos son muy buenos”, cuenta. Si para Gómez Vila “la educación pública funciona bien” y “no está descuidada” en cuanto a medios, sí debería promover una “mayor facilidad” de acceso a los grados, aunque los últimos datos de la ABAU indica que ese trabajo en equipo de docentes, padres y alumnos no ha dado mal resultado: su centro logró en la pasada ABAU un pleno de 134 aprobados y en Historia hubo 22 dieces de un total de 39 sobresalientes.