Cada vez hay tratamientos más eficaces que ayudan a prevenir las crisis de migraña. Entre ellos, la toxina botulínica, comúnmente conocida como bótox, que se inyecta a pacientes crónicos. El neurólogo responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS), Rogelio Leira, el coordinador de un estudio que se realizó durante un año con infiltraciones de esa toxina y que fue publicado en la European Journal of Neurology. El uso de la toxina botulínica para el tratamiento de la migraña crónica ha supuesto una auténtica revolución para los pacientes que sufren esa patología", subraya el responsable de la Unidad de Cefaleas del CHUS, Rogelio Leira, quien explica que la utilización del bótox está indicada en pacientes con migraña crónica, es decir, que sufren dolor de cabeza más de 15 días al mes. "Se infiltra en la cabeza, por vía subcutánea en unos veinticinco puntos, y actúa sobre los nervios que causan el dolor", explica el doctor Leira, quien insiste en que la migraña es un problema de salud "más importante de lo que la gente cree", y asegura en que el bótox "ha cambiado la vida" a muchos pacientes que sufren esa dolencia. "Es una tratamiento local, que no tiene efectos en el resto del organismo. Los pacientes entran en consulta y, en diez o quince minutos, ya están fuera", apunta, y subraya: "Más que buscar instintivamente los calmantes, tienen mucho mejor resultado los tratamientos preventivos. No hay que actuar ante las crisis sino tratar de evitar que ocurran". El neurólogo gallego avanza que "pronto" habrá nuevos fármacos contra la migraña con una eficacia superior a la de los tratamientos actuales.