"Un gran problema es que los piojos se han vuelto resistentes a muchos de los productos químicos usados como tratamiento", aseguran tanto empresas consultadas, especializadas en despiojar, así como laboratorios farmacéuticos. Es un secreto a voces, en casos en los que se han aplicado sin éxito y en repetidas ocasiones lociones químicas. Con la vuelta al cole, vuelve también la pesadilla del contagio de piojos entre los más pequeños. Y las soluciones pasan por el tratamiento con pediculicidas de acción química, de acción física o la eliminación mecánica de piojos y liendres.

¿Cuáles hay? Desde piretrinas sintéticas -cuya marca comercial más conocida en España es Cuprex (ZZ)- y de primera elección según la OMS, por su baja toxicidad y su alta eficacia; pasando por malatión -Filvit loción- a lindano. Las siliconas, que paralizan y asfixian al piojo no tienen reseñado resistencias y son poco tóxicas.

"Si confirmamos que nuestro hijo no tiene piojos y sabemos que en su entorno sí los hay, es posible utilizar repelentes específicos de piojos de venta en farmacias. No se debe usar un pediculicida si no se confirma que existen piojos: se pueden generar resistencias", advierten por esa misma razón el farmacéutico Eduardo González Zorzano, del departamento científico del laboratorio Cinfa. Otros expertos insisten que los productos antipiojos solo son eficaces una vez que hacen acto de presencia en el cabello del niño. "Existen artículos que ejercen como repelentes pero no son 100% eficaces", señala el farmacéutico coruñés Antonio Torres.

El tipo de sangre influye

Eso sí, hay niños, sin importar el género, que tienen una mayor predisposición a padecerlos, debido a su composición sanguínea, aseguran desde los laboratorios Cinfa. "Pese a que los piojos están presentes durante todo el año, los brotes suelen darse con la vuelta al cole o en campamentos", señala Torres. Testimonio idéntico ofrecen tres peluquerías especializadas en tratamientos contra piojos consultadas, que apuntan al verano como la peor época de contagios a causa de las piscinas y excursiones o acampadas.

"Algunos niños llegan con piojos del verano,", asegura Eugenia Beloso, responsable de Sin más piojitos, con presencia en A Coruña y Vigo. "Hacemos unos veinte tratamientos a la semana, fundamentalmente en niños, pero también en adolescentes. Vemos muchas melenas de chicas de 15 y 17 años, o incluso universitarias", añade la experta. Pero además y últimamente, acuden muchos familiares adultos de pequeños con piojos terminan, que terminan contagiándose junto a ellos.

"Nos han llamado mamás desesperadas, porque los piojos se vuelven resistentes a algunos productos químicos y ya no lograban eliminarlos de sus hijos, así como padres y abuelas, que se contagian por primera vez... ¡de sus nietos!", subraya Beloso.

El tratamiento que ofrecen en este tipo de peluquerías incluye la eliminación por procedimiento mecánico, sin químicos, a través de un aspirador con filtro y una liendrera (va de 25 a 55 euros, en función de la peluquería y la longitud del pelo). "Vienen niños, pero también alguna de sus mamás y abuelas", confirma Javier, de Help, piojitos. Su tratamiento suele durar unos 90 minutos. Todos incluyen la aspiración, como método de arrancar las liendres y una revisión una semana después, para confirmar que han desaparecido, aseguran desde Ollo Piollo.

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