La puesta en órbita del cuarto satélite gallego se retrasa al mes de diciembre y volará a bordo de una Soyuz rusa. La empresa holandesa que planifica la campaña de lanzamiento, ISIS, altera el calendario y el proveedor elegido para el Lume 1, que fijaba inicialmente su partida para este mes desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en la isla de Sriharikota, como parte de la carga del cohete indio PSLV. "Estos retrasos son absolutamente normales al tratarse de lanzamientos secundarios como el nuestro. Tenemos que esperar a que la carga principal del cohete esté lista y la empresa ISIS está buscando el mejor acomodo en una horquilla de lanzamientos desde distintos puertos espaciales teniendo en cuenta los requisitos de la misión", explica el responsable del proyecto, Fernando Aguado.

A la espera de que se confirmen las fechas, el cubesat cubesatpermanece en la sala limpia de la Escuela de Telecomunicación, en el campus de Vigo, tras superar con éxito durante el mes de agosto las pruebas de entorno espacial en el instituto holandés NLR (Netherlands Aerospace Center). El Lume 1 fue sometido en sus laboratorios a los test que simulan las altas vibraciones que deberá soportar durante el lanzamiento y también los de termovacío, que comprueban su resistencia a las temperaturas de entre -15ºC y 40ºC que deberá soportar durante su estancia en el espacio. "Todo fue estupendamente y estamos muy contentos. Se verificó su perfecto funcionamiento y el satélite está integrado a la espera del lanzamiento", destaca el profesor Aguado.

El cohete ruso Soyuz es el más longevo de la historia de los vuelos espaciales. La nave es tripulable -hasta tres miembros- pero también puede transportar solo carga y los lanzamientos se realizan desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, adonde sería transportado el satélite gallego.

No será la primera experiencia de los ingenieros gallegos con un lanzador ruso. En noviembre del año 2013, el Humsat fue lanzado con éxito desde la estación espacial de Yasni, al sur del país y cerca de Kazajistán, a bordo de un cohete Dnepr-1.

El Lume 1 forma parte del proyecto europeo Fire-RS, que coordina Vigo y en el que también participan la Universidad de Oporto y el Laboratorio de Análisis y Arquitectura de Sistemas de Toulouse. Financiado con dos millones de euros, tiene como objetivo testar una red para la detección temprana de fuegos forestales que, además de satélites, utiliza sensores infrarrojos en tierra diseñados por los investigadores del grupo gallego CIMA, y drones.

La Universidade de Vigo tiene un acuerdo con el Consorcio de Bomberos del Deza y Tabeirós, la Axencia Galega de Emerxencias y la empresa Retegal para demostrar la validez del sistema con pruebas piloto de fuegos controlados una vez que el cubesat esté en órbita.

El satélite tiene unas dimensiones de 20x10x10 centímetros y un peso de unos 2,45 kilos. Orbitará a una altura de entre 500 y 650 kilómetros y sobrevolará la estación de control del campus entre cuatro y seis veces cada día . Y durante los pases los ingenieros podrán conectarse con él durante unos diez minutos. "Fire-RS es un sistema de sistemas y se están conformando una serie de pruebas piloto que tendrían lugar en el primer trimestre de 2019. La primera será validar la comunicación entre el sensor en tierra y el satélite y confirmar que los avisos se corresponden con fuegos reales para evitar falsas alarmas", apunta Aguado.

Una vez que el Lume 1 reciba esta alerta la remitirá a la estación gallega, que a su vez la reenviará al control de Touluse, desde donde se activarán los drones que inspeccionarán la zona. La Escuela de Ingeniería de Oporto ya tiene varios vehículos no tripulados preparados para las pruebas que recogerán datos sobre la extensión del fuego y el viento para que los modelos de predicción sean "los más adecuados posibles". Aguado destaca la "aplicabilidad" del sistema frente a un problema de alcance global: "Un sistema así con una constelación de satélites sería de gran utilidad en países en los que no existen infraestructuras de comunicación terrestres".