Un estudio británico ha puesto el foco sobre el exceso de azúcar presente en los yogures del que no se libran ni los destinados a consumo infantil ni tampoco los orgánicos o ecológicos. Investigadores de las universidades de Leeds y Surrey analizaron 921 productos disponibles en cinco cadenas de supermercados del Reino Unido y aunque precisan que existe una amplia variedad en la cantidad de azúcares totales presentes, subrayan que menos del 9% (el 2% en el caso de los infantiles) estaban dentro de los estándares recomendados de un máximo de 5 gramos por 100 gramos de producto para ser considerados "bajo en azúcar". "Pueden ser una fuente elevada y no reconocida de azúcar. No todos los yogures son tan saludables como quizás los consumidores los perciben, por lo que es necesaria una reformulación para la reducción de los azúcares en ellos", subrayan los científicos.

El estudio no solo analiza los yogures como tal sino también los demás preparados lácteos del mercado y ahí es donde se encuentra el quid de la cuestión, subraya la doctora María Rosaura Leis Trabazo, vicepresidenta de la Sociedad de Nutrición y Dietética de Galicia, que remarca la diferencia entre ambos productos y también entre los azúcares añadidos y los que se encuentran de forma natural en los alimentos. "En el yogur hay un azúcar que es la lactosa, que es el disacárido de la leche, al igual que la fructosa es el azúcar que encontramos en la fruta", explica Leis. Así, subraya, el yogur natural o el que contiene fruta troceada posee de forma natural ese azúcar que no entra en las recomendaciones de la OMS que sólo hacen referencia al añadido de forma artificial en casa para endulzar o en el proceso de elaboración de los productos y que limitan la ingesta a un 5%.

Otra cosa son los demás preparados lácteos que se incluyen en el estudio británico como los petitsuis, los alternativos a los lácteos, postres, bebidas, de sabores, de fruta, los infantiles, los orgánicos, naturales y griegos. Excepto en estos dos últimos, los datos de azúcar total se encontraban en prácticamente todos por encima del 10%, con valores de hasta el 21% en algunos con fruta. "Hay que saber leer bien el etiquetado de los productos y ver cuáles llevan azúcares añadidos y cuáles no", recomienda al respecto la pediatra. "El yogur es un buen alimento porque es un producto lácteo y por lo tanto aporta proteínas de un alto valor biológico, aporta calcio y además como es un producto fermentado es un probiótico, es decir, que incluso aquellas personas con mala absorción de la lactosa lo toleran mejor que la leche porque parte de esa lactosa está hidrolizada por el proceso de fermentación", explica.

El excesivo consumo de azúcar, sobre todo por la población infantil es una de las mayores preocupaciones de los pediatras por su relación con la preocupante tasa de obesidad y la caries dental. En el último congreso nacional, se analizó el estudio Anibes, el más reciente sobre nutrición que incluye un análisis de la ingesta de azúcares, que supera con mucho las recomendaciones. Así, explica que entre los niños de 9 a 12 años es el chocolate el que ocupa el primer lugar, con el 22,7% del total de azúcares añadidos consumidos y tras los refrescos azucarados (17,9%) y la bollería (16,1%) los productos lácteos ocupan el cuarto lugar, con el 9,69% del total.

Los productores de yogures españoles han firmado un acuerdo con el Gobierno para reducir la presencia de azúcar en sus artículos entre este año y 2020.