El comedor es uno de los servicios escolares más utilizados, cada vez más, pero no está funcionando como es debido, al menos según criticaron ayer sindicatos educativos. La CIG denunció que en una veintena de comedores de centros escolares gallegos, gestionados por la empresa salmantina Gescor, se han producido problemas con el suministro de comida, hasta el punto de que en alguno de ellos se tuvo que recurrir a comprar "empanadas, pizzas y bocadillos".

STEG también se hizo eco de lo que tacha de "nuevas negligencias en la gestión indirecta" de comedores y recuerda asimismo que la empresa ya fue sancionada con 17.000 euros de multa hace varios meses. La CIG, que sitúa las incidencias en su mayoría en centros de Lugo, le recuerda a Educación que "tiene que velar por el cumplimiento de los contratos" y la Consellería señaló que tomará "las medidas pertinentes". Desde la Xunta admiten problemas de suministro, pero destacan que "en ningún caso" la situación afecto a la "calidad y mucho menos a la salubridad de los menús servidos" y apuntan que el empresario fue advertido de que podría ser penalizado "si persiste el incumplimiento".

Con el inicio de curso, uno de los cambios que notan muchos estudiantes es que se acabaron las comidas en casa, al menos al mediodía y durante la semana. Y cada vez más. El servicio de comedor escolar en los centros públicos gallegos ha ganado en la última década más de 16.000 usuarios. Hay que tener en cuenta que en más de la mitad de los hogares gallegos con niños menores de 13 años, ambos progenitores trabajan, un 15% más que hace un lustro. Esos datos ayudan también a entender por qué Galicia, pese a sus números rojos demográficos, está en el podio de las comunidades donde un mayor porcentaje de papás recurre a las guarderías pese a que la escolarización en esta etapa no sea obligatoria.

En ese contexto, no es de extrañar que los usuarios del servicio de comedor escolar en centros públicos hayan experimentado un extraordinario crecimiento en la última década, de casi un 30%, al pasar de los 59.177 del curso 2008/09 contabilizados por la Consellería de Educación a las 75.699 plazas que la Xunta estima para este curso que ahora empieza. Hace solo un año, eran poco más de 70.000 las previstas, 5.000 menos, y prácticamente una de cada cinco la gestionaban concellos y asociaciones de padres.

Comer en el colegio puede costar un máximo de 4,5 euros (este curso se mantienen las tarifas, informa la Consellería de Educación), aunque dependiendo de los ingresos de la familia el desembolso puede reducirse a 2,5 euros, un solo euro o incluso puede salir gratuito. De hecho, los últimos datos que tiene la Xunta en esa línea indican que no llegan a uno de cada diez los escolares que tienen que pagar la tarifa más elevada y que "la mayoría", dice, come gratis o, como mucho, por un euro.

Y además se trata de comidas preparadas, por regla general, en el comedor del propio colegio. Al menos así lo indica el informe Los comedores escolares en España. Del diagnóstico a las propuestas de mejora, realizado por Carro de Combate, Del Campo al Cole y SEO/BirdLife, con la colaboración de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado y el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso. De las nueve comunidades que informaron, en Galicia y Murcia es mayor el número de centros con cocinas in situ en el propio colegio (333) que el de los que utilizan catering in situcatering(103).

Por otra parte, este curso también experimentan un incremento las cifras de usuarios del transporte escolar aunque más ligero que el de los usuarios de comedores escolares. Las estadísticas de la Xunta del año 2008/09 elevan a 86.330 los beneficiarios de este transporte para ir al centro escolar, mientras que las cifras que baraja el departamento que dirige Román Rodríguez para este año son de 90.000 alumnos de 765 centros públicos, un 4% más.