El pasado día 10, Galicia y otras cinco autonomías entre las que se había gobiernos de PP y PSOE reclamaban un sistema de financiación autonómica que elevase el peso del envejecimiento y la dispersión de la ciudadanía, factores que encarecían la prestación de servicios en estas comunidades frente a otras. Uno de los aspectos en que más se percibe el efecto de la inversión de la pirámide poblacional en Galicia es el sistema sanitario. Durante el primer semestre del año, la Xunta gastó algo más de 727 millones de euros en fármacos -incluyendo los de última generación contra la hepatitis C- y productos sanitarios como prótesis, gasas, jeringuillas, stents coronarios o las bolsas necesarias tras una cistectomía, por ejemplo. La factura supera en 39,2 millones la del ejercicio pasado y adelanta que 2018 se cerrará con un desembolso récord, pues otoño e invierno son los períodos de mayor coste en esta materia y 2017 se cerró con 1.360 millones de coste, de acuerdo con las cifras del Ministerio de Hacienda.

Las estadísticas cifran el incremento del desembolso en estas partidas en un 5,7%, lo que sitúa a Galicia como la quinta autonomía con mayor incremento. De los 727 millones de euros citados, 235 corresponden a la farmacia hospitalaria, 361 a recetas tanto para medicamentos como para productos sanitarios y otros 131 para material sin receta. En abril, el coste ascendía a 479 millones y en mayo, a 601, hasta alcanzar la cantidad anterior a mitad de año.

A medida que el mal tiempo aparece, los ingresos hospitalarios y enfermedades como gripes o neumonías golpean a la población la necesidad de dispensar medicamentos se eleva, como muestra la evolución anual de las estadísticas del Ministerio de Sanidad. Incluso sin ser así y la tendencia se mantuviese, el balance al término de este año superaría los 1.360 millones del ejercicio pasado, que a su vez dejó atrás los 1.298 de 2016. Este último año supuso un ligero descenso respecto a los 1.318 de 2015. En 2014 la cantidad fue de 1.206.

Galicia ha insistido en los últimos años en la necesidad de analizar la pirámide poblacional con mayor profundidad en su impacto sobre el coste de servicios. De hecho, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pidió en diciembre de 2016 abrir una "pieza separada" dentro del debate sobre el modelo para repartir los principales recursos con que afrontan el día a día los gobiernos autonómicos, sistema que está prorrogado desde 2014 y que esta legislatura difícilmente podrá renovarse, según reconoció el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.

En aquella fecha, Feijóo alertó de que Galicia necesitaría al menos 700 millones de euros más para sanidad en "dos o tres años", incluyendo en el balance el gasto material y el asistencial. De hecho, el envejecimiento elevó en la comunidad un 20% los ingresos de más de un mes en los hospitales -la mayoría eran personas de avanzada edad con dolencias crónicas y con más de una patología-. El 60% de las estancias en estos centros están copadas por pacientes que superan los 65 años.

Y el problema va a más de forma imparable. Hace una década, los ciudadanos residentes en la comunidad gallega que superaban esa edad suponían el 21,7% de la población total, porcentaje que ahora alcanza el 24,8. Las previsiones elevan esa cifra al 30% en doce años.

Autonomías

El aumento de los costes de material y medicamentos se incrementan de forma general. Por comunidades, el mayor aumento durante el primer semestre en relación al mismo período del año anterior afecta a Baleares, con un crecimiento del 10,6%, seguida de Canarias (8%), Cataluña (5,9%) y Andalucía (5,8). Con el mismo porcentaje que Galicia se sitúa Asturias (5,7%), según los datos del Ministerio de Hacienda. Euskadi se sitúa en el otro extremo con solo un 1,5% más.