Hay días en los que se baten récords que permanecerán en la memoria colectiva y el 25 de septiembre de 2018 debería ser uno de ellos. En apenas nueve horas, dos niñas fueron asesinadas en Castellón por su padre, con el único objetivo de infligir el mayor daño posible a su madre, y dos mujeres murieron a manos de sus parejas, en Maracena (Granada) y en Bilbao.

Muy pronto, de madrugada, dos hermanas de tan solo 3 y 6 años eran asesinadas en Castellón por su propio padre, que ya había amenazado con matar a las niñas y a la madre. Apenas hacía un año que ésta se había separado del parricida, según explicaron personas de su entorno. El progenitor de las pequeñas, de 48 años y que tras cometer el crimen se suicidó, estaba pendiente de juicio y sobre él existían denuncias por presuntas amenazas a su expareja a la que no le pasaba la pensión que le correspondía para el cuidado de sus hijas.

Según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, constaban dos procedimientos contra el presunto asesino: uno por amenazas y otro tras un parte médico, pero habían sido archivados a petición del fiscal y de la madre de las niñas. Además, la diligencia policial de valoración de riesgo de la víctima arrojó un resultado bajo.

Pocas horas más tarde, sobre las 10.00 horas, en Maracena (Granada) una mujer de 39 años era apuñalada hasta la muerte por su expareja, de 49. La mató en el domicilio de ella y la encontraron tendida en medio de un gran charco de sangre. A su lado su asesino, cubierto de sangre, que fue detenido. Tenían un hijo de 12 años.

Y poco después del mediodía, sobre las 13.30 horas, la Ertzaintza localizaba en una vivienda de Bilbao el cuerpo sin vida de Maguette Mbeugou, una joven madre de origen africano que tenía dos niñas de menos de 5 años. Su asesino la había degollado delante de ellas. La principal hipótesis: violencia machista. A media tarde, se confirmaron las sospechas. La Ertzaintza detuvo en la localidad guipuzcoana de Mutriku a la pareja de la víctima como presunto asesino.

Las dos mujeres muertas ayer elevan a 37 las asesinadas en lo que va de año en España por sus parejas o exparejas y a 961 las mujeres que perdieron la vida como consecuencia de la violencia machista desde 2003, primer año del que hay datos. Y con muerte de las dos hermanas de 3 y 6 años son ya tres los menores asesinados por sus padres en 2018, según la estadística de víctimas de violencia de género del Ministerio de Igualdad, tras la muerte el pasado 20 de abril de un niño de 8 años en la localidad de Balerma, en El Ejido (Almería).

Además, continúa en investigación el caso de dos niños, de 3 y 5 años, muertos en La Orotava (Santa Cruz de Tenerife) el pasado 16 de julio, en un vivienda en la que aparecieron sus cadáveres junto a los de sus padres.

Desde 2013, primer año desde el que los niños se contabilizan como víctimas de esta lacra, son ya 27 los menores asesinados por violencia de género contra su madre en España. La violencia de género, además, dejó 25 huérfanos solo en lo que va de año. Ayer, tras el asesinato de las dos menores en Castellón a manos de su padre, Save the Children volvió a urgir a aprobar "cuanto antes" la ley integral de protección de la infancia frente a todo tipo de violencia.

Condolencias

Desde el Gobierno, el presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, manifestaron su apoyo y cariño a los familiares de las dos últimas víctimas de la violencia machista y de las dos niñas que murieron a manos de su padre. El rey Felipe VI también mostró su "repulsa y condena" por el asesinato de las dos menores y trasladó su cariño y solidaridad a la familia de las niñas por esa "muerte tan terrible".

A las condolencias y muestras de apoyo se unieron todos los grupos parlamentarios que participaron en la sesión al control del Senado, así como el presidente valenciano, Ximo Puig. "Una sociedad que maltrata y mata a sus mujeres y niños es una sociedad que tiene una enfermedad que tenemos que curar entre todos", apuntó la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra.

"Cuando oímos que en la casa de al lado hay gritos, hay golpes, cuando sabemos que nuestra compañera de trabajo, nuestra hermana, nuestra prima está viviendo una situación de violencia machista, tenemos que implicarnos, tenemos que proteger a la víctima y denunciar las agresiones y el maltrato", insistió.