La ciencia española solo cuenta con dos premios Nobel: el otorgado a Santiago Ramón y Cajal en 1906 por sus aportaciones a la neurociencia, compartido con Camilo Golgi, y el que reconoció los hallazgos de Severo Ochoa y del norteamericano Arthur Kornberg relativos a la síntesis del ADN y el ARN. Casi seis décadas después de este último hito, y justo el año en el que se cumple un cuarto de siglo del genio de Luarca, otro español el ilicitano Francisco Martínez Mojica, puede convertirse esta semana en el tercer científico español en recibir el mayor reconocimiento a nivel global.

Mojica, profesor del departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, es un firme candidato al premio por sus descubrimientos sobre las bacterias, que permitieron a las bioquímicas Emmanuelle Charpentier, de Francia, y Jennifer Doudna, de Estados Unidos, desarrollar el método de edición genética Crispr/Cas9.

Popularmente conocida como "el corta y pega genético", esta técnica permite trabajar sobre secuencias de ADN de forma eficaz y barata. Para desarrollarla, Doudna y Charpentier se basaron en los descubrimientos de Mojica sobre los mecanismos con los que las bacterias se defienden del ataque de los virus. La técnica les valió a Doudna y Charpentier el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2015. En aquella ocasión, el jurado del galardón no hizo extensivo el premio a Mojica, pero la labor fundamental del microbiólogo sí ha sido reconocida con otros galardones como premio Albany de medicina, el galardón más prestigioso de este ámbito de los Estados Unidos.

La terna (Mojica, Doudna y Charpentier) suena ya desde el año pasado como posible ganadora del Nobel, bien en la rama de Medicina bien en la de Química. Pero es este año cuando, desde los ámbitos científicos, se otorga a los "padres" de la técnica Crispr/Cas9 el rol de favoritos al premio. El ganador del premio Nobel de Medicina se dará a conocer en la jornada de hoy, y el de Química se desvelará pasado mañana.