El acceso real a la atención psicológica en la Atención Primaria es una de las reivindicaciones históricas del Colegio Oficial de Psicología de Galicia (COPG) y se sustenta en un dato objetivo: una de cada tres consultas que se atiende en medicina de familia en la comunidad corresponde a trastornos emocionales o psicológicos. El grupo de trabajo sobre la psicología en Atención Primaria del COPG recoge en el Documento marco de la Psicología clínica en Atención Primaria la realidad legislativa y asistencial de la salud mental en el primer nivel asistencial y propone un modelo propio basado en las experiencias nacionales e internacionales.

"Se calcula que en Galicia hay 1,2 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes en las Unidades de Salud Mental de la red pública gallega, por lo que ante un problema psicológico, los pacientes tienen que elegir entre un tratamiento farmacológico inmediato o esperar entre tres a cuatro meses para tener una cita con un psicólogo, y de uno a dos meses entre revisiones, lo que atenta contra la propia naturaleza del tratamiento psicológico", explica la doctora Alicia Carballal Fernández, vicepresidenta de la Sección Psicología y Salud del COPG, y directora del grupo de trabajo que ha realizado este documento marco.

Según la especialista, la presencia de la psicología clínica en Atención Primaria en Galicia es inaccesible al paciente, lo que hace que esta prestación sanitaria sea prácticamente inexistente. "Solo en siete centros de atención primaria de los 206 que existen en Galicia hay un psicólogo clínico, y no de forma permanente, sino parcial y discontinua a través de personal en formación (residentes). Se calcula que actualmente, 91 los psicólogos clínicos trabajan en los dispositivos del Sergas, los cuales soportan una importante carga asistencial, que se reduciría considerablemente si se aumentase la atención psicológica en los centros de atención primaria", argumenta la doctora Carballal.

La falta de accesibilidad de la atención psicológica en Atención Primaria se traduce en una medicalización de síntomas que no tienen una base patológica. "Situaciones como la ruptura con tu pareja, la muerte de un ser querido o la pérdida del empleo están llevando a mucha gente con una sintomatología ansiodepresiva a Atención Primaria, a la que se está medicando cuando la intervención debería ser otra. Se está medicalizando la vida cotidiana", explica.

El resultado de esto es una población hipermedicada, hecho que constatan los datos de la Agencia Española de Medicamentos, que revelan que desde el año 2000 al 2012, el consumo de ansiolíticos aumentó un 32 por ciento y el de antidepresivos, un 45%. En cuanto a Galicia, el COPG recuerda que el 15% de la población gallega toma tranquilizantes o hipnosedantes, el porcentaje mayor de todo el conjunto de Estado, y un 9,5% consume antidepresivos, lo que constituye la segunda tasa más alta, solo superada por Asturias. "En estos momentos, la respuesta a todos estos problemas es puramente biologicista", insiste.

La medicalización o la psicopatologización de síntomas sin causa patológica conlleva otro problema: la cronificación de estos síntimas. "El perfil del paciente de Atención Primaria ha cambiado. Cada vez se atienden más pacientes crónicos, por la longevidad y por la medicalización ante problemas cotidianos, lo que perjudica al paciente y a la larga aumenta los costes sanitarios", añade la especialista, que recuerda que la Ley de Autonomía del Paciente le da derecho a decidir sobre su propio tratamiento. "Pero esto no es cierto si no se le facilita el acceso a los servicios sanitarios públicos", insiste.

El documento marco, que el COPG ha entregado a la Consellería de Sanidade y que puede consultarse en la web del colegio, refleja la experiencia en este campo en otras comunidades autónomas, como Madrid y Cataluña, y en otros países, como Reino Unido, Australia y Estados Unidos, que han puesto en marcha distintos modelos de psicología clínica en Atención Primaria. Asimismo, propone uno propio para Galicia, basado en la experiencia de sus autores.

"Cuando hablamos de psicología clínica en Atención Primaria hablamos de una figura de pasillo, no de despacho, con dos clientes: el usuario y el personal sanitario del centro. Creemos que el modelo tiene que ser multidisciplinar y muy flexible. Si no se puede ofrecer atención individualizada a cada paciente, se puede alternar esta con la grupal, que es una intervención muy potente y que en Atención Primaria está muy recomendada", explica la doctora Carballal, que recuerda que la atención psicológica está recogida en las principales guías de atención sanitaria como primera opción, antes que la farmacológica, tanto por su efectividad como por el hecho de que no tiene efectos secundarios indeseados.