Una investigación de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III alerta sobre la influencia directa de la contaminación de las ciudades en las enfermedades respiratorias pero también en las patologías cardiovasculares, arterioesclerosis o infarto, enfermedades neurológicas, aumento del riesgo de demencia y merma de la capacidad intelectual en niños y aumento de la incidencia de algunos tipos de cáncer, entre otros.

El trabajo El aire que respiras: la contaminación atmosférica en las ciudades, elaborado por DKV y la Fundación Ecología y Desarrollo, recoge además estadísticas de otros trabajos que cifran en 6.085 muertes evitables cada año en España por el dióxido de nitrógeno, 499 víctimas por culpa del ozono troposférico o 2.683 muertes prematuras por la contaminación por las partículas en suspensión que produce el tráfico.

Precisamente ayer el Ministerio para la Transición Ecológica publicó que la calidad del aire en España tuvo peores resultados respecto a los índices analizados del año anterior. En concreto, se incrementaron el número de zonas de calidad de aire que superan los valores legislados para el dióxido de carbono y las partículas en suspensión. "No es solo un problema respiratorio, es evidente que está relacionado con un montón de patologías de la salud", subrayó el autor del estudio, Clemente Álvarez, que reclamó medidas políticas y añadió que "pocas cuestiones ambientales están tan relacionadas con la salud como la contaminación".

No coincide con esta última frase el jefe de Análisis Clínicos del Laboratorio Vithas Lab y experto en Toxicología, Tomás Camacho, que si bien admite la importancia de la contaminación ambiental por hidrocarburos aromáticos policíclicos en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer como el de próstata o el de vejiga, recuerda que hay múltiples factores ambientales más allá de la contaminación.