"¿Yo una diva, la última diva? Qué va. Cuando salgo a cantar soy la Montse y nada más", afirmaba Montserrat Caballé cuando estaba a punto de cumplir 70 años, intactas tanto la ilusión como la esperanza de su juventud, cuando exclamaba: "¡Qué aburrimiento el relajarse, el vivir sin hacer nada!".

Su popularidad la llevó a encontrarse con figuras ajenas a la ópera, como el mismísimo Dalai Lama, con quien esta profunda creyente sostuvo una conversación sobre religión. "Me dijo que mi fe era casi tan grande como la suya, tanto no, pero casi", reía al recordarlo. No llegó a colaborar con Elton John, un deseo que manifestó en alguna ocasión, pero sí con Vangelis, Mecano y Freddie Mercury.

Su propia salud le dio más de un susto. De hecho, en 2006 confesó que desde hacía veinte años tenía un tumor. "Por entonces, los médicos me dieron como máximo tres años de vida". Finalmente, resultó ser benigno y por eso empezó a llamarlo "mi pequeño amigo".

Quien se definiera como "española de pura cepa, pese a quien pese", comenzó su carrera en el Conservatorio del Liceo de Barcelona.

Un nombre que siempre llevó con orgullo por todo el mundo, "aunque fuera con discos piratas". " Volver a casa es volver al Liceo", subrayaba.

Cantó sobre sus cenizas cuando el templo de la música catalana sufrió el asedio del fuego y con el elitista club masculino del Círculo del Liceo vivió otro sonado episodio de su andadura, al ser la primera mujer en presentar su candidatura como socia. "Una mujer es signo de paz", recalcó entonces la premio Príncipe de Asturias, e insistió: "Serlo es tan noble como ser hombre y nos da prioridad por ser madres". Fueron más de 50 años de carrera en los que coincidió con los más grandes, incluida María Callas, con quien mantuvo "una relación muy directa". "Cuando hablaba conmigo no era la diva, sino María", señaló La Montse, quien, como para reafirmar su autoproclamada modestia, reveló uno de sus grandes secretos: la respiración diafragmática sale "del mismo sitio" que se pone en movimiento "cuando se va al baño o uno se va a la cama con alguien", "y eso lo sabe hacer cualquiera".