Los expertos gallegos en cambio climático coinciden en señalar que frenar el informe del Panel Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas es un "toque de atención" a los gobiernos del mundo para que adopten de forma urgente políticas para paliar las consecuencias del cambio climático. El informe del IPCC coincide con la concesión del Nobel de Economía al profesor estadounidense Willian D. Nordhaus, el primero que integró el factor del cambio climático dentro de los modelos económicos. Para el catedrático de Economía Aplicada Xavier Labandeira, este Nobel es un indicador de que el cambio climático es un tema que preocupa.

"Los economistas que trabajamos en este ámbito estamos muy orgullosos porque es la primera vez que se le entrega el Nobel a un economista ambiental y yo en particular, porque lo conozco personalmente", explicó Labandeira, que recordó que el profesor estadounidense participó hace diez años en un congreso en A Toxa de Economics of Energy, centro privado del que es director y que se dedica a la investigación sobre aspectos económicos de la energía en España.

Respecto a las metas marcadas por el nuevo informe, Labandeira, que fue uno de los expertos para la definición del V Informe de Evaluación (AR5) de IPCC (2010), aseguró que "técnicamente es posible conseguir, aunque requiere un gran esfuerzo político". "Es un problema complicado y global, en el que los países tienen que actuar conjuntamente y el margen que tenemos es pequeño porque ya prácticamente hemos crecido un grado".

"Es una llamada de atención de tal calibre que países e instituciones tienen que moverse y tomar decisiones", afirmó el físico ourensano Juan Antonio Añel, investigador Ramón y Cajal que participó como revisor del quinto informe del Grupo I del IPCC, es decir, el anterior. En su opinión, mantenerse en ese tope de 1,5º requiere "medidas radicales" inmediatas. "Si vivimos como hasta ahora, no vamos a poder pararlo", advierte el experto, que añade: "Una subida de 0,5º importa y mucho. Se traduciría, por ejemplo, en una subida de 10 centímetros del nivel del mar, que conllevaría una mayor extinción de especies y la modificación de la línea de costa de playas, y muchas islas y archipiélagos", resumió.

También afectará a los eventos climáticos extremos, que serán más fuertes y frecuentes. "Es mejor 1,5º que 2º, que es lo que asumimos en París, y esa diferencia de medio grado es determinante para mantener los eventos catastróficos por debajo del umbral crítico. Fundamentalmente, las especies tendrían más posibilidades de adaptarse y los sistemas ecológicos de mantener unos niveles aceptables", opinó Daniel Rey, geólogo y catedrático del área de Estratigrafía.

Para que esto sea posible, el conjunto de emisiones de CO2 tiene que reducirse un 45% de aquí a 2030 con respecto a los niveles de 2010, lo que implica una actuación coordinada y conjunta de los gobiernos. "Mantener el aumento de la temperatura global por debajo de un 1,5º es científica y técnicamente posible; so lo hace falta querer hacerlo", afirmó Rey.

Respecto a cómo influirá este escenario a Galicia, el geólogo aseguró que no se puede prever. "Es difícil evaluar las consecuencias porque es una zona de cambio. Pero el cambio climático es un problema que tampoco se debe reducir a lo local; sino mirarlo en su conjunto", afirmó.