"¿O premio? Pois dedicaríallo a todos os viticultores de Cambados; pois, por exemplo, á xente nova: Que sepan que aí teñen un recurso, que é, ademais, unha forma de seguir coa tradición do albariño na zona", dice Lola, a quien su abuela llamaba Lila para no confundirla con una de sus primas y uno de los nueve vecinos que ayer se subió al escenario municipal de la villa pontevedresa para recoger, entre aplausos, una estatua conmemorativa tras toda una vida dedicada a las labores en el campo.

Pese a haber trabajado mucho - "O traballo non mata a ninguén e os que non traballan tamén morren"-, María Dolores González Padín (1949, Vilariño) dice no saber por qué se merece este premio. Su hija, del mismo nombre, en cambio, lo tiene claro: "Sempre foi moi luchadora, nunca parou para sacar a familia adiante nin se conformou con menos", asegura en este sentido. Ayer la acompañó durante la gala de la Fiesta de la Vendimia del municipio, a la que acudieron, además, otro de los hijos de Lola, su marido y su nieto de seis años, "que é un trasto, moi revoltoso".

Con toda la familia se presentó también a la cita conducida por Yolanda Vázquez otra de las protagonistas de la noche, María Luz Alfonso Castro (1964, Meaño). No faltaron, para rendirle honores tanto a ella como al resto de viticultores de la zona, los sketchs de la compañía Teatro no Garaxe o el monólogo del actor Sergio Pazos, con la recogida de la uva como temática principal, así como tampoco la música de Manso e Amigos.

Mari, como todo el mundo le llama, explica que se ha dedicado a la viticultura por tradición familiar: "Con 16 anos xa me meteron un tractor entre as mans e ata agora". Una actividad, dice, dura, "sobre todo no inverno que tes que podar ou parrear e, se te chove, tes que andar igual", pero también muy bonita porque, argumenta, "cando podas non sabes o que vai saír e despois velo ó recoller".

"Son todos os dias bos? O tempo da vendima é moi bonito porque un conta un chiste e logo outro conta outro debaixo da parra; aparte do cansancio, riste moito", concluye Mari, quien aprecia que este reconocimiento ponga en valor a las mujeres del concello. "Está ben que se recoñeza o valor das mulleres; as mulleres tamén estamos metidas no campo", explica en este sentido al ser preguntada por los motivos por los que le hace ilusión este premio.

Lola y Mari son solo dos de los diez vecinos del concello cuya trayectoria reconoció ayer Cambados durante su Fiesta de la Vendimia. Una iniciativa que nació el año pasado con el objetivo de agradecer a los viticultores de la zona su dedicación durante tantos años para hacer del vino con D.O. Rías Baixas lo que es en hoy en día.