Galicia no es solo la segunda autonomía más envejecida, sino que a esto hay que añadir que las pensiones que cobran los mayores son de las más bajas del Estado. En este contexto, la Xunta advierte de que alrededor del 11% de los gallegos de más de 65 años está en riesgo de pobreza, lo que significa que unos 72.600 jubilados tienen unos ingresos tan bajos que los colocan en una precaria situación económica. De este modo lo recoge la Consellería de Política Social en su proyecto de presupuestos para 2019 donde hace una radiografía de las necesidades de la población mayor de Galicia, como base para el desarrollo de su estrategia de atención a este colectivo.

El próximo año la Xunta destinará 369 millones a la dependencia para llegar a atender a 60.000 personas. Sin embargo, el Gobierno autonómico advierte de que "pese al considerable esfuerzo realizado", este no será suficiente para cubrir todas las necesidades y se deberá aumentar todavía más el volumen de recursos.

En solo dos años la población mayor se incrementará un 11% y el aumento de la cifra de gallegos de más de 80 años crecerá de forma "exponencial". Y a este envejecimiento se añaden los escasos ingresos económicos de los mayores que los hacen más dependientes de la red de servicios públicos ya que a la mayoría le resulta difícil costearse una plaza en una residencia privada o pagar a un cuidador por su cuenta.

La familia, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, ha dejado de ser una red de apoyo para estos mayores y además la mitad de los hogares con personas de más de 65 años son unipersonales, es decir, un total de 121.000 jubilados gallegos viven solos.

A esto se añade que su economía es precaria. Según los datos de la Xunta, la renta media mensual de un hogar donde su sustentandor principal es un jubilado es de 1.515 euros, un 20,7% menos que el ingreso medio mensual de una familia gallega. Y, en todo caso, la mayoría de viviendas donde residen jubilados obtienen entre 600 y 1.000 euros al mes. De hecho, la Xunta advierte de que, en términos generales, en los últimos años "crecieron las desigualdades sociales" y se está produciendo una "concentración de la pobreza, especialmente en zonas urbanas desfavorecidas y zonas rurales". Y, en el caso de los mayores, sitúa la tasa de riesgo de pobreza en el 11% del colectivo.

En este contexto, Política Social advierte de que es "imprescindible y necesario seguir avanzando en la dotación de recursos presupuestarios que permitan la creación de nuevos servicios y la ampliación de los existentes". La Xunta advierte de que hay servicios que "no están suficientemente cubiertos" y explica que se debe apostar por los programas de prevención, lo que permitiría retrasar situaciones de dependencia grave que requieren una atención más costosa. También apostarán en un futuro por el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para que los mayores puedan seguir residiendo en sus hogares.