Un plus de formación práctica en el laboratorio o de mano de las nuevas tecnologías, un trabajo de investigación tutelado por profesores universitarios y la adquisición de habilidades y destrezas para saber desde presentar un proyecto hasta divulgar un experimento. Estas son algunas de las características del nuevo Stembach, el Bachillerato de excelencia en Ciencias y Tecnología que este año estrenan 15 centros escolares de toda Galicia y que llega a casi 200 alumnos. El IES Agra do Orzán es el único instituto público de A Coruña que ofrece esta modalidad, con once estudiantes matriculados.

Optar por el Stembach supone reforzar la formación, pero también trabajo extra. Los alumnos estudian las mismas asignaturas que quienes se matriculan en la rama clásica del Bachillerato científico-tecnológico, pero además todos los jueves tienen dos clases por la tarde de una nueva materia en la que profundizan en contenidos específicos, diferentes según el centro. En el caso del IES Agra do Orzán se apuesta por aumentar las horas de trabajo práctico y formar al alumnado para que adquiera "destrezas y habilidades" que le facilitarán después su entrada en la universidad o incluso le serán útiles "en su vida laboral", según explican las docentes María José Mosquera, Begoña Torreiro y María José Martínez, impulsoras de este Bachillerato en el centro coruñés.

"De nuestra experiencia previa tutelando ciertos trabajos nos dimos cuenta de que la mayoría fallan a la hora de argumentar un método científico, en la planificación del método tecnológico o a la hora de divulgar el trabajo y por eso, en esta asignatura extra vamos a incidir en ello para que adquieran estas destrezas", señala Begoña Torreiro. "Se les enseña a saber hablar en público, a ser críticos con la forma de exponer, a eliminar tics y ellos se fijan mucho. En lo que llevamos trabajando me sorprende que se fijan mucho en la posición física del interlocutor, por ejemplo", añade María José Mosquera, quien explica que otra de las claves de esta materia extra es aprovechar para profundizar en un trabajo práctico que normalmente no se puede hacer debido al gran número de alumnos por clase. "Todo son ventajas porque al ser grupos pequeños vamos mucho al laboratorio y se les da cierta autonomía y esto para ellos es un aliciente. Les digo por ejemplo 'vamos a trabajar con esto' y tienen que buscar ellos el material y les encanta", sostiene esta docente.

Y a esta formación extra se suma, en el segundo curso de Bachillerato, el tener que prepara un trabajo de investigación que estará tutelado por profesores universitarios y que al final tendrán que defender ante un tribunal . "Estamos todavía diseñándolo pero el objetivo es buscar profesores de las ramas por las que ellos están interesados para que tengan contacto con la universidad antes de entrar en ella", explica María José Martínez. ¿Y qué tipo de investigaciones tendrán que llevar a cabo estos alumnos? "Desde el cultivo de algas para alimentar a los salmones hasta algo centrado en la economía circular", ponen como ejemplo estas docentes. Además, la modalidad de excelencia del Bachillerato obliga a que estos alumnos completen su formación con la asistencia a charlas, conferencias o talleres sobre ciencia o tecnología.

Apenas llevan un mes de clase, pero los matriculados en Stembach están muy satisfechos de haber escogido esta opción. Entre los alumnos de este instituto coruñés hay quienes quieren dedicarse al mundo de ciencias de la salud, futuros ingenieros y quien baraja la opción de arquitectura. Todos tienen claro las ventajas de esta modalidad de excelencia. "Es una cosa innovadora y creo que me va ayudar para el futuro al poder trabajar ya con la universidad", explica Tania Rodríguez que quiere estudiar Biología. "Cuando me lo propusieron me pareció buena idea porque al tener que hacer un proyecto, creo que me puede servir para lo que tenemos que hacer después en la universidad", añade Daniel Mallo que se decanta por estudiar una ingeniería. En general, todos valoran que esta modalidad les permite "tener más soltura en el laboratorio y trabajar más con ordenadores".

Estas profesoras reconocen que este tipo de Bachillerato obliga a un trabajo extra que debe ir acompañado de una gran "motivación" del alumnado para hacerlo posible. "No buscamos los alumnos más brillantes sino los que tengan más motivación y este grupo es muy bueno, muy implicados", señalan para recordar que tendrán que hacer una investigación "en el mismo curso que tienen selectividad". Alumnos que buscan la excelencia.