La vuelta al horario de invierno durante la noche del sábado al domingo este fin de semana se producirá en medio del debate europeo sobre la utilidad real de una medida que parece condenada a la desaparición en 2019. Así, a las 03.00 horas de la madrugada del domingo habrá que retrasar los relojes hasta las 02.00, una medida en vigor oficialmente desde que una directiva europea fijó las reglas que marcan el inicio del horario de verano en marzo y su finalización en octubre. Ahora, la propia UE plantea la desaparición del cambio bianual de horario -en verano y en invierno- a través de una nueva directiva que podría promulgarse en 2019 y que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, defendió durante su último discurso de la Unión el pasado 12 de septiembre.

Durante los pasados meses de julio y agosto, la CE organizó una consulta entre los ciudadanos europeos en la que participaron 4,6 millones de personas: el 84% de ellas se manifestaron a favor de suprimir los adelantos y retrasos estacionales.

Las primeras disposiciones de este tipo se adoptaron en todo el territorio de la UE a consecuencia de la crisis del petróleo de 1973, como una medida complementaria para fomentar el ahorro energético. Sin embargo, en los últimos años ha ido creciendo un movimiento ciudadano que cuestiona la idoneidad de mantener una disposición cuyo ahorro real podía ser de sólo 6 euros al año en la factura energética por hogar, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

"El cambio de hora tenía una justificación en los años 70 a partir de la llamada crisis del petróleo, pero no en el año 2018", asegura el presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), José Luis Casero. Casero aplaude la propuesta de eliminación planteada por las autoridades de Bruselas porque "con los nuevos modelos de organización del trabajo, de las familias y el uso de lámparas de bajo consumo", el ahorro energético que se produce es "marginal".

En sentido contrario, el científico gallego Jorge Mira, catedrático del departamento de Física Aplicada de la Universidade de Santiago, dice que espera que "no sea la última vez" que se produce este cambio. Mira -que forma parte de la Comisión de Expertos encargada de evaluar la conveniencia del cambio horario en España- insiste en que el cambio "es absolutamente necesario porque el día en verano dura más que en invierno y esto se arregla con el cambio estacional".

El catedrático pide "poner en una balanza las molestias que se tienen los dos o tres días posteriores al cambio frente a las ventajas de todo el año y que se disfrutan durante seis meses". Mira reitera que las sociedades tienen que "adaptar el sol a la vida" y que esta práctica ya se hacía desde la antigüedad. Además, indica que si se elimina el cambio horario, habría que elegir entre horario de invierno o verano, "elegir entre lo malo y lo peor", ironiza, y califica de "error" la decisión de la Comisión Europea