La sangría demográfica de Galicia se hace notar cada año con más fuerza, debido al descenso de la natalidad y, sobre todo, a un envejecimiento que se hace insostenible a medio y largo plazo porque apenas un 15,8% de los gallegos tiene menos de 20 años y los que superan la edad de jubilación suponen ya la cuarta parte de la población total. La edad media de los gallegos crece cada año y ya se sitúa en los 46,51 años, casi tres más que los 43,97 de 2006, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). Las provincias atlánticas se colocan por debajo de la media gallega con 46,20 y 44,67 años en A Coruña y Pontevedra, respectivamente. El envejecimiento se ceba, sin embargo, con el interior gallego con 49,37 años en el caso de Lugo y 50 en la provincia ourensana. En la mayoría de los 94 concellos de Ourense incluso se sobrepasa esa barrera y se dispara por encima de los 60 años.

Como en una comuna, los mayores gallegos podrán vivir juntos en una especie de urbanización y compartir servicios. Es la alternativa al aislamiento de muchos ancianos que acaban solos en sus pisos o de otros que se resisten a ser recluidos en una residencia. La Consellería de Política Social incluirá en su cartera de servicios el denominado cohousingSe trata de un complejo de viviendas, que pueden ser promovidas por la propia administración o por una cooperativa de propietarios, y se alquilarán o se venderán en usufructo vitalicio a los mayores, es decir, solo hasta su fallecimiento, lo que permitirá su adquisición a un precio más bajo.

Es una modalidad muy extendida en países como Reino Unido, Dinamarca, Suecia o Estados Unidos y que empieza a implantarse en España. Y la Consellería de Política Social ha decidido incorporarla a su catálogo de servicios, a través de una modificación incluida en la ley de acompañamiento de los presupuestos para 2019, con el objetivo de dar cobertura legal a la implantación en la comunidad de este tipo de viviendas colaborativas.

Galicia es una comunidad autónoma con un elevado envejecimiento. Cerca de un 25% de su población es mayor de 65 años y unos 122.000 ancianos viven solos. El principal reto de la administración es dar respuesta a las necesidades de este colectivo, sobre todo cuando son dependientes.

Política Social quiere apostar, en todo caso, por la prevención de la dependencia. Los servicios de cohousing están pensados, de hecho, para mayores autónomos o dependientes leves. Situándolos en estas viviendas colaborativas se evita que estén solos y se puede concentrar la prestación de determinados servicios que los ayuden a mantener su calidad de vida y su autonomía durante más tiempo.

Los detalles concretos de esta modalidad residencial aún están pendientes de definir. Tendrán que ser desarrollados en una normativa posterior. Según explican desde el departamento que dirige Fabiola García, podría ser la propia Xunta la que impulse estas viviendas colaborativas o bien ser un grupo de propietarios que se constituya como cooperativa.

Se construirán viviendas donde los mayores podrán vivir de forma independiente, como una especie de aparthotel, y habrá zonas comunes para los mayores como cafeterías, peluquerías, centros sociales, zonas de ocio... Incluso podrán ofertarse servicios de supervisión o apoyos médicos puntuales para aquellos ancianos que los necesiten.

Los mayores podrán vivir de alquiler o comprar la vivienda en ufufructo vitalicio, de manera que cuando fallezcan los socios de la cooperativa recuperarán la propiedad del inmueble.

Ya existen iniciativas de cohousing en Asturias, Madrid, Tarragona, Málaga o Cantabria. En Galicia, según explican desde la Consellería de Política Social, no tienen ninguna petición para implantar este tipo de viviendas colaborativas en la comunidad gallega, pero advierten que "ya se ha dado el primer paso" dándole cobertura legal y advierten de que podría ser la propia Xunta quien lo impulse.

En el Parlamento gallego el PSdeG-PSOE ya había demandado hace un año a la Xunta el cohousing como alternativa a los geriátricos.

Política Social lo incluye ahora en su cartera de servicios, pero no será el único cambio. También incorpora a su catálogo la creación de unidades psicogeriátricas en los centros de mayores. Se trata de módulos específicos y diferenciados dentro de la propia residencia para atender a personas con demencia o trastorno psiquiátrico. En cualquier caso, estas unidades solo se crearán por voluntad del propio geriátrico: no será obligatorio.

Según explican desde la Consellería, estos módulos están pensados para atender de forma puntual a aquellos internos que presenten alguna alteración del comportamiento como agitación psicomotriz, agresividad, insomnio grave o posibilidad de fuga.

Estarán formados por personal sanitario que llevará a cabo programas de terapia funcional con los mayores, estimulación cognitiva, así como también planes de apoyo a la familia.

"No son unidades de carácter permanente, ya que cuando el usuario no presenta trastornos del comportamiento y su proceso se ha estabilizado se reubicará en otra zona del centro", aclaran desde Política Social.