Comercializados desde hace más de 50 años en España -bajo varios nombres aunque el más conocido es Nolotil-, los medicamentos que contienen metamizol están ahora en el punto de mira. Sanidad aconsejó esta semana no recetar estos fármacos a turistas después de que al menos diez británicos sufriesen reacciones adversas graves, pero los médicos piden cautela. "Los efectos adversos de estos medicamentos son algo excepcional, un caso por cada 10.000 o incluso menos", sostiene el farmacéutico Luis Margusino que trabaja en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, quien recuerda además que el problema puede aparecer "si el paciente no sigue un control por parte del médico", algo que puede fallar si se trata de turistas en otro país.

El Nolotil y los otros fármacos con metamizol se utilizan como analgésicos para paliar el dolor agudo o como antipirético cuando la fiebre no baja de otro modo. Pese a que los datos del Sistema Nacional de Salud revelan que su consumo se ha duplicado en los últimos diez años, los farmacéuticos recuerdan que solo se puede consumir bajo prescripción médica y que precisa un seguimiento del doctor. "Todos los fármacos con metamizol en España precisan receta médica. En el caso de la población flotante, es decir, que no está en el sistema sanitario como pueden ser lo turistas normalmente acceden a él por otras vías como la receta de un médico privado", señala Margusino, quien añade: "Deben consumirse durante poco tiempo y si el tiempo sobrepasa los siete días es necesario realizar análisis para detectar cualquier posible anomalía sanguínea".

En el caso de los pacientes británicos afectados -el Hospital de Denia fue uno de los que alertó a las autoridades sanitarias-, todos sufrieron agranulocitosis, es decir, un descenso de granulocitos en la sangre que lleva a tener menos defensas y ser más vulnerable ante las infecciones. "Es importante dejar claro que se trata de una reacción adversa excepcional y que aunque es grave y puede provocar la muerte, se puede tratar y que el paciente se recupere", señala este farmacéutico del Chuac. Chuac

Para este experto el hecho de que todos los pacientes afectados fuesen británicos nada tiene que ver con la reacción experimentada. "Es cierto que hay estudios sobre una posible susceptibilidad de la población anglosajona del norte de Europa hacia el metamizol, pero ninguno es concluyente. El origen de los pacientes no es importante sino que no se siguió un control del tratamiento. Puede ocurrir lo mismo a un español si el médico no le hiciese un control", sostiene este farmacéutico, quien reconoce, sin embargo, que la genética "influye mucho en el comportamiento que tiene un fármaco en el paciente".

En esta línea, Margusino reconoce que tal y como demuestran diferentes estudios a lo largo de la historia de la medicina, "tanto la absorción como la eliminación de un fármaco varían en función del origen de nacimiento del paciente", lo que en la práctica se traduce a que en determinados medicamentos, "hay que dar diferente dosis en función de si el paciente es afroamericano, asiático o caucásico, por ejemplo", algo que ya se señala en los prospectos de algunos medicamentos. Es el caso, por ejemplo, de Crestor -un fármaco para reducir los niveles de colesterol- y que especifica cómo si el paciente es de origen asiático no puede tomar las dosis más altas y debe consultar a su médico.

Una diversidad que se refleja también en los ensayos clínicos de los medicamentos. "Se tiene en cuenta para reservar una cuota para pacientes de diferentes orígenes", indica este farmacéutico.

En otras ocasiones es el tipo de medicamento el que determina que no todos los pacientes precisen la misma dosis. Para adaptarla a cada uno basta con analizar la concentración del fármaco en sangre. "Es algo que realizamos en el hospital con pacientes recién trasplantados, que toman ciertos antibióticos, antiepilépticos o con fármacos para la artritis reumatoide", señala.