La consagrada L.G.I. declaró ayer en el juicio de los miguelianos que se celebra en la Audiencia de Pontevedra que sus padres "rompieron" su vida "en dos" al unirse a las familias que denunciaron a la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel porque "esa era la vida que quería". En la decimonovena sesión del juicio han declarado dos testigos afines al líder, Miguel Rosendo, que niegan los abusos, las "humillaciones" y las "vejaciones" que sostiene la acusación particular.

El proceso judicial avanza con el límite de los cuatro años de prisión preventiva de Rosendo, que se cumplirán el próximo 14 de diciembre.