El Sergas vuelve a advertir contra el abuso y uso inapropiado de los antibióticos, y en esta ocasión pone el acento no en los médicos que los recetan, sino en los enfermos que se los toman por su cuenta y riesgo. Llama la atención que son los jóvenes, entre 16 y 24 años de edad, los que más consumen antibióticos sin prescripción. Una encuesta de la Consellería de Sanidade a casi 8.000 gallegos revela, pues es la primera vez que se pregunta por esta cuestión, que el 12% de los ciudadanos que toman antibióticos lo hacen sin que se lo haya mandado el médico, el porcentaje se eleva a casi el 30% entre los jóvenes de 16 a 24 años de edad, mientras que en el caso de los jubilados la cifra cae al 7%.

Al Sergas le preocupa el consumo de antibióticos porque la resistencia a estos fármacos se ha convertido en "uno de los principales problemas de salud pública". Abusamos de ellos, y terminan por no ser eficaces para la curación de enfermedades. La OCDE acaba de alertar que la resistencia bacteriana, fruto del uso inadecuado de los antibióticos, podría causar 2,5 millones de muertes en el mundo hasta 2050.

El departamento que dirige Jesús Vázquez Almuíña lleva varios años advirtiendo del abuso de los antibióticos, e instando a los médicos a contenerse en su prescripción. El informe de 2017 constata que los llamamiento no hacen efecto, se mantiene el consumo. "Permanece estable" con 32 dosis diarias por cada mil habitante. La penicilina es con diferencia el antibiótico más dispensado en la comunidad, y Galicia "ocupa la peor posición de Europa" en abuso de la penicilina. Y la cuarta peor posición, en el uso global de antibióticos.

¿Cómo tienen acceso a los antibióticos los ciudadanos si éstos solo pueden adquirirse en la farmacia con receta? Porque, tal como admite el propio Sergas, hay boticas, pocas, pero las hay, que pese a la prohibición venden estos medicamentos sin prescripción y, sobre todo, porque los propios pacientes los almacenan en casa, no los toman cuando el médico se los receta, o no terminan la caja, y cuando vuelven a estar enfermos tiran de lo que tienen en casa.

El 41% de los encuestados confiesa que guarda los antibióticos que les sobran "por si alguna vez los vuelven a necesitar", cuando los médicos insisten que en el caso de los antibióticos hay que terminar el tratamiento. Tampoco debe tomarse sin supervisión médica.

Sanidade apunta que hay que "mejorar" este comportamiento, y se propone a volver a hacer una encuesta similar a la que acaba de publicar, con datos de 2017, para comprobar la evolución.

¿Cuál es perfil del enfermo que se automedica antibióticos? Joven, hombre, nacido fuera de España, soltero, con estudios y residente en ciudades.

La Dirección Xeral de Saúde Pública, en su informe anual sobre el consumo de antibióticos en Galicia, vuelve a "urgir especialmente una reducción" de prescripción en amoxicilina-clavulánico, un medicamento muy habitual para tratar infecciones en los oídos, pulmones, senos, piel y vías urinarias. La amoxicilina es un medicamentos similar a la penicilina.

También pide a los médicos que controlen las recetas de fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación, antibióticos usados para combatir úlceras de decúbito o infecciones de pie diabético.