Las plantas medicinales ganan adeptos en Galicia. Aumenta su consumo para aliviar síntomas o prevenir patologías, pero los expertos advierten: que se trate de productos naturales no quiere decir que sean inocuos. Ni todo el mundo puede optar por los artículos de la bautizada como fitoterapia ni conviene consumirlos junto a determinados medicamentos. "Aunque sean plantas, sí presentan contraindicaciones ya que pueden provocar interacciones con algunos fármacos, es decir, aumentar o disminuir su efecto", asegura la vocal de plantas medicinales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, Montserrat Villar, quien recuerda que prueba de que no son productos inocuos es que "antiguamente los medicamentos se elaboraban a través de sustancias que se obtenían de las plantas".

La Organización Mundial para la Salud (OMS) define como planta medicinal aquella que en al menos uno de sus órganos contiene sustancias que "pueden ser utilizadas con fines terapéuticos o preventivos" o que bien "son precursores para la semisíntesis químico-farmacéutico". Bajo esta promesa de curar o aliviar ciertos problemas de salud, la oferta de productos naturales se ha disparado. La hierba de San Juan, la valeriana, el aloe vera, o el ginkgo biloba son algunos de los más demandados en la actualidad. Todos ellos son incompatibles con ciertos medicamentos.

El hipérico o hierba de San Juan -que puede adquirirse tanto en formato de comprimidos como en gotas o infusión- está considerado un antidepresivo natural, pero es una de las plantas medicinales que más interacciones provoca. "Disminuye el efecto de los anticoagulantes como el Sintrom o de los anticonceptivos orales y tampoco es aconsejable tomarla si el paciente toma algún antidepresivo", explica esta farmacéutica coruñesa, quien también alerta de otro producto natural "muy de moda": el aloe vera. "Se utiliza porque es un biorregulador natural del intestino pero actúa como cualquier otro laxante, es decir, reduce la capacidad de absorción en el intestino y por tanto conviene no tomarlo junto a los medicamentos recetados para garantizar su plena absorción", sostiene.

El ginkgo biloba -que generalmente se vende en forma de pastillas- se utiliza para prevenir problemas de memoria. Los farmacéuticos coruñeses resaltan, sin embargo, que su consumo está desaconsejado en los pacientes con diabetes ya que esta planta medicinal interactúa y aumenta la eliminación de insulina. Los diabéticos tampoco deben consumir productos basados en la efedra y el guaraná ya que interfieren con la insulina y también con los antidiabéticos orales.

Incluso artículos usados desde hace décadas como la valeriana tiene sus riesgos. "Hay que tener cuidado si se están tomando otros fármacos que actúan como sedantes ya que puede provocar más efecto del que se necesita", explica Montserrat Villar, quien entre los productos naturales que más problemas dan también incluye al pomelo, una fruta rica en vitamina C, pero que causa interacciones con múltiples fármacos: desde tratamientos para el corazón hasta la Viagra, fármacos para reducir el colesterol y la tensión o incluso la quimioterapia ya que el pomelo impide la correcta eliminación de algunas sustancias de la terapia y eleva el riesgo de toxicidad.

Pero la lista de plantas medicinales que interaccionan con fármacos es mucho más extensa. La efedra y la regaliz suben la tensión arterial; el ginseng, que potencia el efecto de los anticoagulantes y la aspirina, puede causar sangrados, también puede interferir en el efecto de algunos antidepresivos; la cola de caballo tiene efecto hipotensivo, lo que puede afectar si ya se toman fármacos para bajar la tensión y la kava interactúa con ciertos sedantes o antidepresivos.

Además, pese a no seguir un tratamiento, hay algunas plantas como la hierba de San Juan o la valeriana que se desaconsejan consumir durante el embarazo o si se opta por la lactancia materna.

Por todo ello, los expertos lo tienen claro. "Antes de optar por consumir un producto con plantas medicinales hay que consultar bien al farmacéutico o al médico porque ellos saben qué medicamentos toma el paciente y si puede o no tomar esa planta o, en caso contrario, recomendarle otra alternativa", indica Montserrat Villar, quien recuerda la importancia de contarle siempre a los especialistas todos los productos que se toman. "Tienen que tener toda la información para saber si por ejemplo un medicamento no tiene efecto y puede ser por tomar algún producto natural", explica.

Villar reconoce que el consumo de este tipo de artículos naturales está en ascenso. "Hay cosas concretas como los problemas de sueño o estreñimiento, donde vemos que la gente primero prefiere probar con algo natural antes que pasarse a medicamentos sintéticos", explica esta farmacéutica coruñesa, quien vincula este ascenso también al hecho de que cada vez "la gente se cuida más". Y aunque aún hay quienes optan por consumirlos por propia iniciativa, "cada vez son más quienes se animan a preguntar antes de tomarlos". Una actitud adecuada para que evitar sorpresas al mezclarlos con fármacos.