Enfermedades propias de otras latitudes como la malaria, el dengue, el zika o el chikungunya empiezan ya a ser una amenaza para Galicia. Insectos transmisores de estas dolencias han empezado a asentarse en algunos puntos de la península gracias al incremento del comercio internacional de mercancías y al tráfico de viajeros. Y el cambio climático favorece su propagación, con inviernos menos fríos y episodios extremos de lluvias. El mosquito tigre ha ido avanzando por comunidades como País Vasco, Aragón, Madrid y Extremadura. Y en Asturias se detectó por primera vez este verano otro mosquito de origen asiático. Galicia, de momento, está libre de estos insectos, pero la Xunta está en alerta y ha reforzado la vigilancia. Se controlan puertos, aeropuertos y accesos por carretera, así como la frontera con Portugal. Además se han colocado trampas en 18 concellos para detectar su entrada y se ha dado orden al personal sanitario de estar alerta.

Por ejemplo, según explica el Sergas, "se ha eliminado la condición necesaria de tener un antecedente de viaje a una zona donde exista la enfermedad para pensar que esa dolencia es posible". Es decir, si el paciente tiene los síntomas del dengue, no se descartará solo por el hecho de que no haya viajado al extranjero.

'Aedes Aegypti', 'Anopheles', el insecto que causa 'leishmaniasis' y el mosquito tigre.

¿Cómo es posible que este tipo de enfermedades transmitidas por insectos más propios de destinos exóticos se conviertan ahora en un peligro en Galicia? La Consellería de Sanidade apunta al incremento del comercio internacional de mercancías y al tráfico de viajeros. Por ejemplo, se cree que el mosquito tigre, que puede transmitir dengue, llegó a España en 2004 desde Francia, donde años antes se detectara en un almacén de neumáticos usados. "Como su radio de vuelo no es muy elevado se cree que llegó gracias al transporte de vehículos o camiones", explican.

Pero, en todo caso, el cambio climático es determinante en su propagación. En condiciones normales si llegase un insecto propio de otras latitudes a España, no sobreviviría mucho tiempo. Sin embargo, ahora tiene las condiciones propicias para propagarse. "Los cambios en la temperatura, especialmente inviernos menos fríos, así como temperaturas nocturnas en otoño cada vez más elevadas y eventos extremos de lluvias, que permiten que queden reservas de agua para su cría hacen que aumente su supervivencia a lo largo del año, ampliando su época de actividad, su densidad y con eso el riesgo de transmisión de enfermedades", explican desde el Servizo Galego de Saúde (Sergas).

Hasta ahora, en Galicia no se ha detectado la presencia de ninguno de estos insectos y los casos de pacientes afectados por alguna enfermedad exótica la contrajeron en el extranjero. Sin embargo, Sanidade es rotunda: "con el cambio climático aumenta el riesgo de que puedan aparecer casos autóctonos en áreas donde hasta ahora no los había".

Y el problema es que para muchas de estas enfermedades, que pueden ser potencialmente peligrosas, no existe tratamiento ni vacuna preventiva.

El insecto que más tiene en vilo a las autoridades sanitarias es el mosquito tigre, que puede ser portador de dengue. Sanidade alerta que en quince años ha ido avanzando por el territorio español y advierte que es difícil controlarlo: "son insectos con una tasa de reproducción muy elevada y para los que la lucha con insecticidas es muy problemática debido a sus implicaciones para el medio ambiente y la biodiversidad".

Sanidade aclara, en todo caso, que la transmisión de determinadas enfermedades depende del tipo de insecto. Por ejemplo, hay un bicho llamado flebótomo, que no es propiamente un mosquito, que puede transmitir leishmaniasis.

La malaria la transmite el mosquito del género Anopheles y el dengue puede proceder del Aedes aegypti o del mosquito tigre ( Aedes albopictus).

La Xunta creó en 2017 la Rede Galega de Vixilancia de Vectores para controlar la presencia de alguno de estos insectos y la detección de casos autóctonos de las enfermedades que transmiten. En 2019 Sanidade reforzará la vigilancia de estos insectos.

Por un lado, se informará sobre estas dolencias a los profesionales sanitarios, que deberán declarar cualquier caso sospechoso, y se elaborarán protocolos de actuación.

Sanidade advierte de que Galicia no está libre de la entrada del mosquito tigre, sobre todo en determinadas zonas por sus condiciones climáticas. Y es ahí donde está instalando trampas que permitan detectar de forma inmediata la presencia de este insecto. Se han instalado ya 45 trampas ( 27 para adultos y 18 para huevos o larvas) en 20 localizaciones de 18 concellos.

Y además se ha estrechado el control sobre los puntos de entrada: puertos que traigan mercancías de determinados países, así como aeropuertos y la frontera con Portugal, país con el que además se colabora en materia de vigilancia de estos insectos.