Muchos llevan años en el mercado laboral, en sectores como automoción, climatización, jardinería o soldadura sin pensar que llegaría un día en el que la ausencia de titulación oficial en sus currículos podría ser un hándicap para continuar trabajando. Otros poseen una titulación previa pero necesitan reciclarse y avanzar para abrir el abanico en caso de que su evolución en el puesto de trabajo actual se paralice. La exigencia del mercado laboral lleva a casi 12.000 gallegos a cursar módulos de Formación Profesional por las tardes, en el régimen de educación para adultos. El horario les permite combinar los estudios con los horarios de trabajo y/o las tareas familiares y personales.

El alumnado puede adaptar el ritmo de estudio con la elección de cursos completos o por módulos. A diferencia de sus compañeros de enseñanzas que asisten a clase por las mañanas, los alumnos de las tardes suelen estar entre los 30 y los 50 años. De los casi 26.000 estudiantes que hay este curso en Educación de Adultos en Galicia, el 50% son alumnos de módulos y FP vespertina, el grupo más numeroso. A distancia se sitúan los mayores que deciden sacar Secundaria, son la mitad prácticamente, unos 6.000 adultos. Y en Bachillerato, algo más de 4.000.

Hace una década, en el curso 2008/2009, solo eran 3.500 los adultos que optaban por estudiar FP por las tardes. Hoy la cifra se ha triplicado. Con la crisis económica se notó el regreso a las aulas de miles de jóvenes que carecían de titulación previa y aprovecharon la etapa de inactividad para ampliar la formación. Tanto que la cifra de estudiantes en régimen de adultos llegó a su máximo en el curso 2014/2015, con cerca de 29.000 personas matriculadas en las distintas modalidades: de ellas, 13.300 en FP.

Desde ese momento la cifra descendió ligeramente. No obstante, el volumen de estudiantes en esta modalidad sigue siendo muy elevado. La necesidad de diferenciarse a través de la formación en un mercado laboral cada vez más exigente ha calado.