Un cuadro de Picasso que había sido robado en 2012 en el museo Kunsthal de Róterdam ha reaparecido en Rumanía, según informó ayer la Fiscalía de Bucarest. Se trata de Cabeza de Arlequín, que fue sustraído en unos de los robos más espectaculares del mundo del arte, en el que los ladrones se hicieron con siete pinturas por valor de millones de euros, incluidas obras de este artista español, Matisse, y Monet, entre otros.

Aunque el líder de los delincuentes y sus cómplices fueron condenados por el robo en 2013, ninguna de las obras de arte había sido recuperada y los expertos rumanos temían que al menos tres habían sido quemadas con la intención de destruir pruebas. "Los fiscales de la lucha contra el crimen organizado investigan las circunstancias en que se encontró una pintura firmada por Picasso por un valor de 800.000 euros", señalan y afirman que se está a la espera de confirmar su autenticidad.