En pasado curso 2017-2018 se abrieron en colegios e institutos gallegos 1.129 expedientes disciplinarios a estudiantes. Son 119 más que el año anterior y supone la cifra más alta de la última década. Según datos aportados por el sindicato Anpe, una década atrás el número era de 983 y en el curso 2014-2015 descendió a 665, por ejemplo.

Los principales incrementos en las faltas registradas en los centros educativos han sido en Secundaria, pasando de 721 a 826 en el último curso analizado, y en FP Básica, que alcanzó los 167 tras los 127 del año anterior.

Destaca el cambio de tendencia en Primaria. Preocupaba a maestros y padres el incremento de los expedientes educativos en esta etapa, en la que los niños tienen entre 6 y 12 años, y cuando la mayor parte de las faltas de conducta tienen lugar en Secundaria. En los últimos años, también en Galicia, el número de expedientes pasó de 29 en Primaria en el año 2008-2009 a 86 en el curso 2016-2017. No obstante, en el último año descienden de 86 a 73.

Un total de 117 docentes contactaron durante el curso 2017-2018 con el servicio del defensor del profesor del sindicato Anpe, que reclama a la Administración "formación específica" para hacer frente a la conflictividad en las aulas. En comparación con otras comunidades, Julio Díaz, portavoz del sindicato, expresó que el índice de conflictividad es "relativamente muy bajo", si bien mostró su "preocupación" ante una evolución que lleva a la del profesor a convertirse en una "profesión de riesgo". Por ello reclamó hacer "frente común" ante problemas relativos a los jóvenes, que vinculó con la situación familiar y doméstica. Próximamente tienen un encuentro en la Consellería de Educación para abordar estos temas.

El informe del curso 2017-2018 recoge que 117 profesores contactaron con el servicio, un 77% de ellos de Secundaria y un 19% de Primaria. El 51% presentaba ansiedad, el 21% depresión y el 13% estaba en baja laboral, según el balance del último año.