El auge de las terapias alternativas no cesa. La novena Encuesta de Percepción Social de la Ciencia, impulsada desde la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), constata que prácticas como la homeopatía, la acupuntura o, incluso, la imposición de manos suscitan una elevada tolerancia entre la ciudadanía, que en un porcentaje bastante elevado considera que tienen base científica.

Según los datos de la encuesta, realizada a partir de 5.200 entrevistas, el 19,6% de los españoles ha utilizado alguna vez tratamientos como la homeopatía o la acupuntura. Además, el 21,6% de los encuestados cree que la homeopatía tiene una base científica, un porcentaje que se eleva hasta el 23,3% en el caso de la acupuntura.

La confianza en estas prácticas alcanza incluso a personas que son conscientes de que no tienen un carácter científico. Hasta un 32,8% confía mucho o bastante en la acupuntura, y un 25,4% tiene una actitud similar sobre la homeopatía. Incluso una práctica como la imposición de manos, también conocida como reiki, tiene un porcentaje significativo de tolerancia social: un 16,3% de los encuestados reconoce confiar mucho o bastante en esa pseudoterapia.

Haz click para ampliar el gráfico

A juicio del ministro de Ciencia y Universidades, Pedro Duque, los resultados de la encuesta certifican la necesidad de activar el Plan contra las Pseudoterapias impulsado por su Ministerio. "El momento de tomar acciones contra las pseudociencias siempre es ayer. Está claro que el plan llega tarde para mucha gente, pero informar correctamente, con respeto a las creencias pero con datos reales y fehacientes, sí puede tener un efecto", afirma Duque.

Desde el colectivo de profesionales dedicados a las terapias alternativas, la encuesta ha sido acogida con malestar, no tanto por sus resultados como por el mensaje que se transmite desde el Gobierno central, y por la inclusión de la homeopatía y la acupuntura junto a prácticas como la imposición de manos.

Concha Argüelles, con más de 40 años de experiencia en estas prácticas, alerta de que hay "intereses económicos ocultos" contra estas terapias, y que el Gobierno está contraviniendo "las directrices de la OMS, que lleva treinta años queriendo implantar terapias naturales". La gijonesa insiste en que las terapias alternativas buscan "ser un complemento a la medicina farmacológica", y no sustituirla.