- ¿Hay dos duelos iguales o cada persona lo vive de una manera diferente?

-No hay dos iguales. Una pérdida nos deja dañados, desnudos, perdidos y cada uno lo afronta como le han enseñado en casa. Hay quienes no quieren pararse por temor a caer en depresión, quienes entienden que lo que tienen que hacer es parar su vida y estar un tiempo mal... y todas son opciones válidas. El problema es que cuando tú tienes otra forma de abordarlo encuentras poca comprensión en el entorno. De todas formas sí hay un mapa común en todos los duelos.

- ¿Hay fases comunes?

-Más que fases o etapas, lo que hay son una serie de tareas que todos al final tienen que tocar como son el no negar la realidad y dejar libertad a sus emociones; saber arreglárselas cuando baja el vendaval de emociones y aprender a acordarnos de la persona, a tenerle amor sin que esté.

- Su charla se titula ¿Por qué duelen las pérdidas? ¿Tiene ya el motivo?

-Porque somos humanos y nos apegamos por seguridad en un primer lugar a nuestra madre y después a la familia, los amigos, un trabajo, una relación... Cuando nos tocan algo de esto ya sea por una muerte o por una ruptura sentimental o quedarnos sin el trabajo con el que subsistimos, nos encontramos perdidos.

- ¿Es posible prepararse para un duelo?

-En realidad se supone que nos estamos preparando a lo largo de toda la vida cuando vamos afrontando pequeñas pérdidas. El problema es si no se le da importancia. Por ejemplo, si a un niño se le pierde su peluche y le decimos 'no pasa nada, no llores, no es para tanto'... el problema es cuando llega una pérdida que sí es para tanto.

- ¿Se lleva mejor si la muerte se espera tras una larga enfermedad que si llega de forma repentina?

-Hay ciertas variables que complican el duelo. Es cierto que una muerte repentina puede conllevar un shock traumático que no tienen otras. Una muerte violenta, repentina siempre afecta de distinta manera pero también puede suceder cuando la muerte se espera, pero se demora en el tiempo y al final cuando llega parece repentina igualmente.

- ¿Qué consejo daría de forma general para sobrellevar mejor una pérdida?

-Que se permita todas las reacciones y emociones sin censurarse ninguna. Que hagan caso a lo que necesitan en ese momento porque ocurre que a lo largo de nuestras vida muchas veces no hacemos caso a nuestras necesidades. El duelo puede ser la primera vez en la que nos hacemos cargo de lo que nos pasa. Y también aconsejo que no tengan prisa y que la gente les permita su derecho a vivir el duelo.

- ¿Hay quien reprime sus emociones en una situación de este tipo?

-En un primer momento las reacciones son las que son e igual que no todo el mundo actúa igual al entrar en agua helada, pues no todo el mundo reacciona igual. Después, en la sociedad actual, sí hay cierta tendencia a negar el duelo, parece que se nos exige el no poder pararnos, el seguir hacia adelante. Pero lo cierto es que si se niega el duelo, éste suele prolongarse en el tiempo.

- ¿La sociedad actual vive mejor o peor el duelo que las generaciones anteriores?

-Hoy en día hay menos tabú con la muerte o el suicidio, pero ha aumentado el tabú al sufrimiento. No procesamos bien el sufrimiento y parece que hay que estar bien enseguida. Todo esto complica y dificulta el duelo.