Cada año por estas fechas y hasta el mes de enero los servicios de Urgencias de los hospitales gallegos empiezan a saturarse. La epidemia de gripe dispara la demanda de atención urgente y se repite la misma estampa con camas acumulándose en los pasillos y pacientes enfadados por tener que esperar durante horas. El Servicio Galego de Saúde (Sergas) se ha fijado unos objetivos sobre los tiempos de espera en Urgencias que le dan un amplio margen de actuación: cuatro horas como tope desde que el paciente llega hasta que es atendido por el facultativo. Y, según los datos de la Consellería de Sanidade, esos límites se cumplen. Los usuarios menos graves esperaron de media en 2017 una hora y 18 minutos desde que entraron al hospital hasta que recibieron la primera atención médica.

El Sergas asegura que hace un seguimiento continuo de los tiempos de espera en todos los servicios y hospitales de la red pública de Galicia. La demora máxima que ha fijado la Consellería de Sanidade depende de la clasificación del paciente, que se hace mediante colores, que van de los casos más graves a los leves: rojo, naranja, amarillo, verde y azul.

Los casos más urgentes son atendidos sin ninguna espera, según la respuesta parlamentaria remitida por la Consellería de Sanidade a una pregunta de En Marea. Los pacientes naranjas tuvieron que esperar 12 minutos de media en 2017. En este caso, sí se ha superado el estándar fijado en 10 minutos. Los "amarillos" aguardan 44 minutos (frente al tope de 60 que fija la Xunta), los "verdes" 51 minutos (sobre un margen de dos horas) y los "azules", los menos graves, unos 78 minutos, cuando el límite está en las cuatro horas.

En todo caso, hay que tener en cuenta que esta espera es una media de todo el año, que probablemente se incremente cuando se producen picos de demanda, como sucede en esta época. Y además son los tiempos que transcurren desde que el paciente llega hasta que recibe la primera atención médica. Sin embargo, la estancia del usuario en Urgencias suele prolongarse más puesto que en algunos casos deben aguardar por pruebas diagnósticas, tratamientos y en los casos más graves que requieren hospitalización, estos pacientes deben esperar a que quede una cama disponible para subir a planta.

Y es ahí, precisamente, donde se produce el cuello de botella de las Urgencias, según las sociedades científicas. La Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) de Galicia advierte que se tarda mucho en subir a los pacientes a planta porque falta coordinación entre el servicio de Urgencias y el resto del hospital. Los facultativos exigieron fijar un tope máximo de cuatro horas desde que se ordena el ingreso del paciente hasta que se realiza la hospitalización.

Sin embargo, el objetivo de la Consellería de Sanidade es mucho menos ambicioso: se fija una espera de cinco horas, pero no de tope sino de media, desde que se decide el ingreso del paciente hasta que sube a planta.

En la respuesta a En Marea, el Sergas solo detalla los tiempos de espera hasta recibir la primera atención médica, pero no desvela cuánto se tarda en ingresar al paciente desde que se da la orden de hospitalización. El departamento de Jesús Vázquez Almuíña se limita a explicar que "entre la entrada del usuario y la subida a planta se realiza su evaluación, se le hacen pruebas diagnósticas, se le aplican tratamientos y puede precisar la evaluación por determinados especialistas que no están en los servicios de urgencias hospitalarias".

Y, a pesar de que los médicos de Urgencias, insisten en que las situaciones de colapso en Urgencias que se producen con las epidemias de gripe son previsibles y, por lo tanto, se pueden adoptar medidas para evitar la saturación de estos servicios, desde Sanidade advierten que no pueden predecir la demanda. "La entrada de servicios de Urgencias está siempre sujeta a cambios y circunstancias no previstas, lo que añadido a la discontinuidad característica de la demanda urgente puede provocar momentos punta de demanda", alegan en el Sergas.

En todo caso, Sanidade explica que las áreas de sanitarias disponen ya de planes de contingencia para la temporada de gripe. Según defienden, los servicios de Urgencias están "dimensionados, tanto en estructura física, como en recursos humanos y técnicos" y permiten "atender de una manera adecuada a un número determinado de pacientes, en base a la población de referencia que tienen". Aún así, el Sergas advierte que "de cara al futuro se puede mejorar la atención sanitaria".