Feliciano Miguel Rosendo Da Silva recuperó en torno a las 18.00 horas de ayer su libertad después de cuatro años en prisión provisional a la espera de juicio por el conocido como caso de los Miguelianos. El fundador y supuesto líder de Orden y Mandato de San Miguel Arcángel abandonó la prisión de Teixeiro después de que la Audiencia Provincial de Pontevedra emitiese por la mañana un auto en el que decretaba su libertad con medidas cautelares.

El tribunal pontevedrés adoptaba esta decisión, una vez finalizado el juicio y debido a que estaba "próximo a transcurrir el plazo máximo de prisión provisional" que es de cuatro años. La fecha límite era el próximo lunes. Sin una sentencia condenatoria, este plazo no se podría prorrogar más y visto que el complejo fallo todavía puede tardar en llegar se ha decretado su puesta en libertad a la espera de conocer la decisión final de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra. Las medidas cautelares impuestas son la personación cada quince días ante un tribunal y la prohibición de abandonar el territorio nacional.

Las magistradas de la Audiencia acceden así a la petición que realizó el abogado de la Defensa, Marcos García Montes, quien solicitó que la puesta en libertad de su cliente no tuviera que esperar a una sentencia que él prevé que se demorará hasta enero de 2019 debido a su complejidad. Ante esta decisión, vaticina también una posible sentencia absolutoria para su cliente, o cuando menos a una pena inferior a cuatro años: "Si tuvieran en mente imponer una sentencia condenatoria superior a los cuatro años le habrían denegado esta libertad provisional".

También destacó que las magistradas se han mostrado muy "consecuentes y estudiosas" y demuestran que no se han visto afectadas por "ningún tipo de presión social" al adoptar esta decisión. Por último, explica que valora solicitar la deducción de testimonio contra algunos de los testigos personados en la causa por "falso testimonio", según indicó, si se confirma la sentencia absolutoria. Entre estas personas cita concretamente al sacerdote Isaac de Vega, que fue quien denunció inicialmente las supuestas irregularidades en el seno de la Orden.

También la abogada de dos de las consagradas acusadas, Beatriz Seijo, calificó como "noticia buenísima" la excarcelación de Rosendo aunque fue más cauta que su compañero y reconoció que no se atreve a avanzar cuál será el sentido de la sentencia de la Audiencia, puesto que sería muy "osado". Apuntó, en cualquier caso, que "desde un punto de vista humano" le resultaría "cruel" que se liberase de la prisión a una persona para que vuelva a entrar con una condena larga.

Y es que la Fiscalía pide para Miguel Rosendo penas que suman 66 años por delitos de abuso sexual, asociación ilícita y contra la integridad moral, entre otros; pena que aumenta a 82 años la acusación particular.