Los niños de tres a doce años que van a clases particulares en la comunidad gallega se han disparado un 58%, pasando de 36.235 a 57.266, entre 2012 y 2017. ¿Por qué? Por la necesidad de conciliar los horarios de los padres y los niños y también por el deseo de ofrecer a los hijos la mejor formación posible, con clases extra de idiomas o de refuerzo en las materias que flojean. Estas son las dos razones que más apuntaron los padres consultados por este diario. La mejora de la situación económica en los últimos años también ha permitido elevar el gasto en educación en los hogares gallegos.

El Instituto Galego de Estatística (IGE) acaba de publicar una encuesta sobre Coidados dos menores e conciliación familiar. No la hace todos los años. La primera vez fue en 2012 y la segunda edición, con cifras de 2017, se difunden ahora. Con datos como los que ofrece este estudio, la Xunta tiene bases para elaborar su estrategia para elevar la natalidad en Galicia. Compaginar el trabajo y la crianza de los niños es un freno a la hora de ampliar la familia. Y así para ocupar el tiempo de los menores mientras los padres no salen del trabajo se amplía su horario académico y se completa con actividades extraescolares. Psicólogos, pedagogos y educadores advierten de los riesgos de sobrecargar a los menores.

El trabajo del IGE revela que el 91% de los niños entre 3 y 12 años acude a actividades extraescolares o clases particulares, bien en el propio centro o fuera del colegio. Y tres de cada diez asisten a clases de refuerzo. Entre seis años, creció un 8% los niños con todas estas actividades.

Lo más cómodo para los propios escolares y los padres es que se apunten a fútbol o inglés en el propio centro. Ahora son 152.404, 5.621 más que en 2012. Pero el incremento más importante se produjo en las actividades fuera de los colegios, un 32%. Más de 21.000 niños más van a clases particulares al abandonar el centro (58%) y 34.850 más realizan extraescolares (36%) fuera del recinto escolar.

Y entre los padres que no apuntan a los niños a actividades, solo un 7% aduce motivos económicos. El año pasado, el 53% de los progenitores encuestados en la comunidad declaraba que "no lo necesitaba", frente al 61% que no lo necesitaba en 2012.

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