La ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad aprobada en 2010 prohíbe la venta de alcohol a menores de 18 años y desde entonces la Policía autonómica vigila su cumplimiento. Sin embargo, el principal punto de acceso a bebidas alcohólicas por parte de los adolescentes sigue siendo los bares. Así lo revela un estudio realizado entre universitarios a los que se les pregunta por su etapa en segundo curso de Bachillerato. Con 17 años, y pese a no tener la mayoría de edad, el 62,5% admite haber consumido alcohol en bares, un porcentaje muy superior al 40,4% que declara haber hecho botellón o al 30,4% que bebe en pisos.

El estudio ha sido realizado por un grupo de investigadores de las universidades de Santiago, Vigo, Oporto y Alcalá de Henares y analiza la "Densidad de puntos de venta de alcohol y su consumo en jóvenes de Galicia". Para ello realizaron un muestreo entre 2.667 estudiantes de primer curso de la Universidad de Santiago procedentes de 223 concellos gallegos y se les preguntó por su consumo de alcohol durante el último año, es decir, cuando aún cursaban segundo de Bachillerato.

Los datos revelaron que seis de cada diez jóvenes de 17 años hacen un consumo de riesgo de alcohol. Los investigadores utilizan un test llamado Audit desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que mide el grado de peligrosidad en el consumo de alcohol. Se pregunta no solo por la cantidad y la frecuencia consumida sino también por los efectos secundarios que ha acarreado la ingesta de alcohol. Y según este estudio, el 60,5% de los chavales encuestados debería empezar a preocuparse.

Otra de las variables analizadas es el consumo intensivo que es cuando se beben seis o más bebidas alcohólicas juntas. Si esta práctica ocurre más de una vez por mes se considera que hay una ingesta intensiva. En esta situación se encuentran un tercio de los encuestados. ¿Y dónde consiguen el alcohol si lo tienen prohibido? Pues en los bares. "Todo ello pone de manifiesto la necesidad de reforzar el cumplimiento de la legislación respecto a la venta de alcohol a menores", señalan los investigadores del estudio. Pero además los expertos llegan a otra conclusión importante. En los concellos donde hay más bares aumenta un 35% el consumo de riesgo de alcohol y un 31% la ingesta intensiva de bebidas alcohólicas.

De los 221 ayuntamientos analizados, el mayor consumo de riesgo se registró en Moaña. El 90% de los encuestados procedentes de este concello obtuvo una puntuación preocupante en el test Audit. En el extremo contrario, se situó Santa Comba, con solo un 15% de consumo de riesgo.

Por ciudades, Lugo y Ourense están a la cabeza en ingesta peligrosa de alcohol con una tasa del 70% y Pontevedra es la que menos, con el 60%.

En cuanto al consumo intensivo (tomarse seis bebidas alcohólicas de una vez con una frecuencia superior a más de una vez al mes) el ayuntamiento con la tasa más alta resultó Verín (61% de los jóvenes encuestados) y los que menos Santa Comba y Foz (con un cero por ciento).

En cuanto a las urbes, Ferrol y Ourense están a la cabeza, con un 36%, mientras que Santiago y Pontevedra son las que obtuvieron las tasas más bajas.