Lo que hace dos años se recibía como algo insólito en Ourense, una entrada de año sin nacimientos, va camino de convertirse en un acontecimiento corriente en esta provincia. Al cierre de esta edición no se había producido ningún alumbramiento en los hospitales de la ciudad, Verín y O Barco, repitiéndose lo ocurrido en 2017, cuando el primer bebé del año llegó casi a las puertas del tercer día. Una excepción que incluso sorprendió en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), ya que las jornadas sin partos no eran en aquel momento algo habitual.

En términos demográficos, 2018 no fue un buen año para Ourense. El número de nacimientos se desplomó en relación al ejercicio anterior al pasar de 1.405 en 2017 a 1.239, lo que supone una caída de casi el 12% en un sólo año. Si la natalidad se analiza en el contexto de la última década, la bajada es todavía mayor, llegando a un 32% de nacimientos menos en sólo diez años.

Según los datos del CHUO, en 2008 se registraron en la provincia 1.824 nacimientos, 585 más que en 2018.