Los tres Reyes Magos han inspirado a muchas tradiciones y han dado vida a multitud de películas, libros, juguetes, etc. La primera vez que se dieron a conocer fue en el Evangelio de San Mateo (2:1-12), llegaron de Oriente a Jerusalén siguiendo una estrella en el cielo para asistir al nacimiento del niño Jesús. Los Reyes Magos consiguieron encontrar el lugar donde había nacido el pequeño y le ofrecieron oro, incienso y mirra el 6 de enero.

Los Reyes Magos tienen más de 2.000 años de antigüedad y han experimentado diversas transformaciones a lo largo del tiempo. Una de ellas es que los Reyes Magos no fueron siempre tres miembros y Baltasar no fue africano hasta el siglo XVI.

La historia de los Reyes Magos comenzó cuando se expuso que con el nacimiento del niño Jesús la Virgen recibió la visita de los Reyes Magos: Melchor (un rey anciano y europeo con una larga barba blanca que fue el primero en ver la estrella), Gaspar (un rey asiático y con una larga barba castaña que estaba considerado como un hombre de gran inteligencia) y Baltasar (un rey africano que también se interesó por la estrella) y, cada uno de ellos portaba un obsequio por el nacimiento.

Los tres Reyes se encontraron en el camino porque todos iban tras la estrella de Belén que les llamó tanto la atención y les guió hasta Belén. Lugar donde acudieron al nacimiento del niño Jesús para celebrarlo por todo lo alto y darle cada uno su regalo (oro, incienso y mirra). Jesús les concedió el don de la inmortalidad y la posibilidad de repartir presentes a todos los niños del mundo una vez al año.

El 6 de enero, los Reyes Magos dejan regalos en las casas de todos los niños que se han portado bien. En ocasiones, los dejan en el árbol de Navidad, en los zapatos o en los calcetines. Muchos niños optan por dejarles leche, galletas y agua para que cojan fuerzas y continúen su ruta, al igual que a los camellos.