Cincuenta y dos horas. Ese fue el tiempo que tardó en registrarse el primer crimen machista este año en España. La víctima, R. A. C. S., era una joven dominicana que murió a puñaladas en la madrugada de ayer en Laredo (Cantabria). El presunto autor del crimen, de nacionalidad ecuatoriana y 29 años de edad, y cuya identidad responde a las iniciales T. S. M. R., era su novio, y se entregó en las dependencias de la Policía Local de la localidad cántabra, donde permanece detenido.

La agresión mortal se produjo en el domicilio de la víctima, que fue apuñalada varias veces en el tórax. La mujer compartía el piso, localizado en la calle Rosario Ochandiano de la localidad cántabra, con otras dos jóvenes, que intentaron en vano parar la agresión mortal.

Según detalló ayer el delegado del Gobierno en Cantabria, Pablo Zuloaga, el origen de la agresión mortal fue una discusión de la pareja, que llevaba año y medio de relación pero que estaba en proceso de separación. La discusión fue creciendo en intensidad y adquirió una "violencia extrema", en palabras de Zuloaga, ante la cual las dos compañeras de piso de R. A. C. S. "no pudieron hacer más que refugiarse para proteger su vida". Las jóvenes tuvieron que recibir posteriormente atención psicológica.

Los servicios de emergencia de la localidad cántabra recibieron el aviso, emitido por los vecinos de la víctima, minutos después de las cuatro de la madrugada y se desplazaron con celeridad a la vivienda, pero no pudieron reanimar a la víctima.

Tras conocerse el crimen, la Guardia Civil inició la búsqueda del supuesto autor del asesinato. Pero esa misma madrugada, el novio de la víctima se entregó a la Policía Local. El presunto asesino no tenía antecedentes por violencia machista y no constaba ninguna denuncia previa. La mujer, que estaba en situación irregular en España, tenía a una hija de cinco años de edad en la República Dominicana, fruto de una relación anterior. La joven había llegado hace tres años a Laredo y trabajaba en un bar que frecuentan muchos de sus compatriotas, y en el que también era frecuente ver a su asesino.

Ni los amigos de la pareja ni las vecinas de la víctima habían apreciado con anterioridad discusiones violentas entre ambos ni ningún comportamiento que les llevase a sospechar que se podía dar este fatal desenlace.

La joven es la primera víctima mortal de la violencia machista en España en 2019. El año pasado, los registros oficiales contabilizaron 47 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Un número que podría aumentar a 48, toda vez que hay un caso que permanece bajo investigación. Estas mujeres fallecieron dejando a 39 niños huérfanos. Además, al menos tres menores fueron asesinados en casos de violencia machista, aunque la cifra puede elevarse hasta ocho si se contabiliza un niño de seis años que falleció en septiembre pasado al caer por un barranco en el coche en el que viajaba con su padre, en el sur de Francia, y otros cuatro casos que están actualmente bajo investigación.

Desde que se contabilizan las víctimas por violencia machista, en 2003, se registraron 976 asesinadas (unas 65 cada año, una a la semana) por sus parejas o exparejas, entre ellas la joven dominicana que falleció en Laredo en la madrugada de ayer. Durante este período, el año en el que se registraron más víctimas mortales fue 2008, cuando 76 mujeres fueron asesinadas.