Los presos que han cometido delitos sexuales y se someten de forma voluntaria a los programas terapéuticos y de rehabilitación que ofrece Instituciones Penitenciarias para evitar la reincidencia son una minoría. De las 2.761 personas encarceladas por estos delitos en España, solo 230 participaron de forma voluntaria en estas terapias, un 8,5%.

"El principal reto de cualquier sistema penitenciario es conseguir que los presos salgan en mejores condiciones de las que entraron. En la medida en que esto no se consiga, el sistema fracasa", dice el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Ortiz, quien considera que la institución penitenciaria española está internacionalmente "bien valorada", pero hay margen de mejora.