La iglesia de la Orden Tercera de A Coruña vivió ayer una de las jornadas más peculiares del año con ocasión de la celebración de la festividad de San Antonio Abad, ya que el templo de la Ciudad Vieja se llenó no solo de fieles, sino también de numerosas mascotas cuyos propietarios las llevaron hasta allí para que recibieran la tradicional bendición que se les imparte con motivo de este día.