Roberto Verino fue el primer diseñador gallego en mostrar su nueva colección en esta Mercedes Benz Fashion Week Madrid y como ya hizo en las últimas ediciones volvió a ir contracorriente y mientras la mayoría de modistos mostró sus propuestas para el invierno, él apuesta por la moda para esta primavera-verano que llegará en unas semanas a las tiendas. Bajo el título de Marhaba e inspirado en Egipto, el gallego trasladó la luz de este país a la pasarela.

Verino mostró prendas en donde recreó con sus estampados "ocas míticas de esta cultura" y elementos geométricos dibujados en cerámicas, además del ojo de Horus, detalle recurrente también en los zapatos. El lino fue la principal materia prima en vestidos y pantalones que se mezclaron en una paleta de colores planos como el amarillo, el azul y los camel en saharianas y abrigos, con la intención de "poner en valor referencias que nos siguen sorprendido después de más de 4.000 años", explica Verino.

"El lujo está en los pequeños detalles", añade este diseñador, que pretende que con esta propuesta hombre y mujer se intercambien prendas entre ellos, como los "shorts" o los pantalones cargo.

Verino fue el encargado de abrir los desfiles de la tarde en una jornada que inauguró Ana Locking que apostó por una estética futurista aunque con una mirada al pasado al ensanchar manas y rasgándolas el estilo de la época de Felipe II. Tras ella, la firma The 2nd Sin Co presentó una colección inspirada en la alfombra roja y las celebrities.

Duyos apostó por rendir homenaje a España en un desfile en el que, pese a no ser habitual en él, el negro tuvo un gran protagonismo. Eso sí, combinado con azules, frambuesas así como estampados de flores invernales que llegan a abrigos pero también a vestidos de gala. Y colorido fue una vez más el desfile de Ágatha Ruiz de la Prada, quien apostó por una revisión de algunos de los míticos iconos de la firma como el huevo frito o las estrellas. Muchas de las prendas tenían un toque brillante.

Hannibal Laguna optó por una colección de vestidos estilizados con los que recoge la cultura y los colores de los cinco continentes aunque con volúmenes inspirados en el new look de Dior en faldas o los patrones de Balenciaga sobre una chaqueta capa. Oteyza apostó por el regionalismo y la cultura española para presentar una colección que plasma la fuerza y la masculinidad en prendas que respiran vanguardia como la calza, o la falda asimétrica con cintura marcada y que llega al suelo.