Especialistas en el tratamiento de la obesidad grave incidieron ayer en la importancia del seguimiento postquirúrgico que garantice un estilo de vida saludable de los pacientes intervenidos en cirugía bariátrica. Este fue uno de los principales puntos a tratar en un foro, organizado por el Grupo Gallego de Tratamiento de la Obesidad Grave en Santiago para abordar este problema de salud pública.

La presidenta de la Sociedad de Cirugía de Galicia Raquel Sánchez-Santos, explicó ayer que la obligación de los especialistas, junto con los pediatras, médicos de Atención Primaria y endocrinólogos, "es recomendar a los pacientes una alimentación saludable y un control estricto de la ganancia de peso". No obstante, pese a los esfuerzos, algunos casos necesitarán una cirugía bariátrica por lo que "la complejidad de estos pacientes hace necesario un abordaje multidisciplinar en el que participen todo tipo de especialistas". Los controles a estos pacientes deben, por tanto, llevarse a cabo "por un equipo multidisciplinario" y el tratamiento ha de controlarse de por vida, con el paciente en el centro de la terapia.

Dentro de los aspectos psicológicos en casos de cirugía bariátrica y grandes pérdidas de peso, la psicóloga clínica Rocío Basanta abordó las emociones y relaciones interpersonales tras la operación y el psiquiatra Carlos Delgado-Calvete analizó los comportamientos adictivos en la obesidad y tras la cirugía. De este modo, se centró en una línea de investigación que encuentra similitudes en la actividad cerebral de individuos adictos a las drogas y obesos, en concreto una disminución del número de receptores D2 de dopamina, vinculados a los circuitos de placer y recompensa. "Como consecuencia, hay propuestas como las de la directora del Instituto sobre el abuso de drogas de EEUU, por considerar la obesidad como una enfermedad psiquiátrica, como una adicción a la comida", indicó.