Con todo a punto para celebrar en Sevilla, este sábado, la 33 edición de los Premios GoyaPremios Goya, el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, asegura que la institución está debatiendo sobre la posibilidad de que las series compitan también en próximas ediciones de esta ceremonia. "Es un debate que tenemos en marcha y en cuanto pasen estos Goya tenemos que entrar de lleno en él", señala. Guionista, productor y director, Barroso estrenó el año pasado en Movistar+, con muy buenas críticas, El día de mañana y tiene por delante otros dos proyectos de series: La línea invisible, sobre los orígenes de ETA, de nuevo para Movistar+ y Criminal, que contará con varios directores internacionales, para Netflix.

- Este año los Goya viajan a Sevilla. ¿Porqué se tomó esa decisión y qué dificultades entraña?

-A la gente del cine nos gustan las dificultades, nos ponen a prueba. Varias ciudades se habían interesado en acoger los Goya, pero Sevilla fue insistente y su propuesta y actitud, excepcionales. Es una ciudad que acoge muchos rodajes y cineastas pujantes. Y luego, que no todo debe ser Madrid, hay que moverse.

- ¿Qué podemos esperar este año de la gala, con Andreu Buenafuente y Silvia Abril?

-La gala es una celebración del cine, y por quien la dirige y presenta te puedes imaginar, es gente que domina el espectáculo en televisión, el directo y el contacto con el público. Será un homenaje al cine, una muestra de quienes somos, con orgullo.

- El año pasado, con Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla al frente, las críticas fueron demoledoras.

-Es un gran evento y siempre hay críticas, no puede gustar a todo el mundo, pero por suerte la marca de los Goya está por encima del resultado de una gala.

- Entre las nominadas este año hay comedia, thriller político, cine independiente y comercial... ¿Cree que es una buena representación de lo que ha sido el cine español en 2018? ¿Tiene alguna favorita?

-Es una muestra de la diversidad del cine español, hay películas excelentes, también otras que no han llegado, pero no caben todas, creo que los votos de la gente tienen razón por definición. En cuanto a mis favoritas, como presidente no te puedo decir, se enfadaría alguien, con la piel tan fina que tenemos.

- El año pasado fue la gala de los abanicos rojos. ¿Qué reivindicaciones habrá este año?

-Los Goya tienen muchas facetas: son una fiesta, un espectáculo, un programa de televisión y a veces una plataforma de reivindicación. Pero la exigencia de una mayor presencia de la mujer en el cine no es algo esporádico, sino una reivindicación permanente que hacemos nuestra.

- El discurso del presidente suele ser momento para hablar de lo que necesita el sector. ¿Qué puede adelantar?

-Nos encontramos en un momento de plena convulsión del sector, con la erupción de las plataformas. No nos gusta quejarnos ni lamentarnos, ni exigir. Hay tantos temas y evoluciona todo tan rápido que a veces uno piensa algo y a los dos días está obsoleto. Tenemos varios debates en marcha y uno es este, las nuevas pantallas.

- ¿Se están planteando dar cabida a las series en los Goya?

-Sí, se está planteando, es un debate que tenemos en marcha y cuando pasen estos Goya tenemos que entrar de lleno en ese debate.

- ¿Qué otras consecuencias está teniendo esa convulsión ?

-Hay más trabajo. Se ha revolucionado la manera de ver, producir y distribuir audiovisual, es algo que afecta a toda la cadena, de todas las formas posibles. Es como lo de los taxistas. A veces nos resistimos al cambio, pero creo que debemos surfear la ola de la revolución digital, cualquier otra opción es una pérdida de tiempo y de energía.

- Los últimos presidentes de la Academia no han culminado su mandato, ¿qué planes tiene?

-De momento aquí estoy, contento, y no veo movimiento por los pasillos, nadie que quiera asaltar el despacho.

- En los últimos días ha habido críticas por la convocatoria de prácticas no remuneradas para la gala de los Goya. ¿Cuál es la posición de la Academia?

-La Academia es una entidad sin ánimo de lucro, no tiene producción ni protocolo, se subcontrata y es obligación de la empresa cumplir con todos los requisitos legales, éticos y sociales, no puede ser de otra forma. Lo que no ha salido en los medios es algo mucho más grave, y es que me he informado y aquí ni siquiera el presidente cobra.