La Xunta aprobó ayer el decreto que modifica la Renta de Integración Social (Risga), una reforma que llevaba pendiente desde hace cinco años y que al fin se hará realidad. La principal novedad de esta norma es que se podrá compaginar el cobro de la ayuda con un empleo y además permitirá que dos beneficiarios convivan en la misma vivienda sin tener que renunciar a la prestación. Como consecuencia de estas mejoras, la cuantía media de la prestación se elevará de 450 euros a 550 euros, según avanzó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras la reunión semanal del Consello.

Diez mil gallegos se benefician de esta renta. La crisis económica duplicó la cifra de perceptores de ayudas sociales, aunque en los últimos años se frenó esta tendencia. De hecho, la Xunta destaca que en lo que va de legislatura la cifra de beneficiarios de la ayuda bajó en cerca de 600 personas. En todo caso, el aumento de las necesidades sociales obligó al Gobierno gallego a incrementar el presupuesto destinado a la Renta de Integración Social (Risga), hasta alcanzar los 64,4 millones de euros.

Integración laboral

La reforma que acaba de aprobar ahora la Xunta está enfocada a ayudar a los beneficiarios de la Renta de Integración Social (Risga), a buscar empleo. Para ello se contempla un tramo de inserción para los perceptores de esta renta que hagan cursos de formación o prácticas laborales. Recibirán 188 euros más al mes durante un máximo de año y medio.

Y a los que encuentren trabajo se les completará el salario hasta llegar a la cantidad de 1.200 euros el primer mes. Esta cuantía irá descendiendo progresivamente hasta que dejen de percibirla cuando termine el semestre.

Además, si hasta ahora no se permitía el cobro de dos Rentas de Integración Social (Risga), en la misma vivienda, con el nuevo decreto esto cambiará. Incluso podrán cobrar el complemento de alquiler dos familias que compartan vivienda y que será de 53 euros o de 80 si se tienen menores. Y esta ayuda será compatible con otras prestaciones como el Bono Alugueiro.

Eso sí, será imprescindible para cobrar la Renta de Integración Social (Risga) tener residencia legal. En todo caso, el beneficiario podrá cobrar el complemento familiar, aunque los menores que cuide no estén legales.