El trabajo que acaba de publicar la prestigiosa revista científica Nature, firmado por el catedrático de la Universidade de Santiago (USC) Ángel Carracedo y los investigadores de la Universidad de Oxford Simon Myers, Peter Donnelly y Clare Bycroft, ofrece otra conclusión sorprendente: Galicia, situada en un extremo, es la región del mundo con mayor subestructura genética. O, lo que es lo mismo, no solo existe un minifundismo agrícola, sino que también hubo uno genético, una especie de endogamia en la que unas poblaciones no se mezclaban con otras.

En un panorama más general, la investigación muestra que las migraciones humanas después de la Reconquista se hicieron en una línea de norte a sur, con origen en Asturias, cuando lo habitual en los movimientos de población en Europa es que sean de este a oeste.

Repoblaciones tras la Reconquista

"El mapa genético -explica Ángel Carracedo- es un reflejo de la estructura política y lingüística de los siglos XIV y XV y de las repoblaciones que se hicieron con la Reconquista tras el abandono del territorio por parte de los musulmanes", subraya.

En otra visión de conjunto, el estudio publicado en Nature revela que Galicia, País Vasco y Cataluña son las zonas con un mayor número de características genéticas propias.